La Fundéu señala que el sustantivo disrupción, el adjetivo disruptivo y el menos frecuente verbo disrumpir son adecuados para aludir a la ‘rotura o interrupción brusca’ de un proceso o un modo de hacer las cosas que se impone y desbanca a los que venían empleándose.
En los medios de comunicación pueden verse frases como «La idea es facilitar un cambio que no sea disruptivo» o «Se debatirá el impacto de la disrupción digital en el mundo de los negocios».
El Diccionario académico, que ya incluía desde 1970 el adjetivo disruptivo,ha incorporado en su vigesimotercera edición el sustantivo disrupción, procedente del latín (disruptio, -onis), pero que ha llegado a nuestra lengua a través del inglés (disruption).
De ese modo, los ejemplos anteriores pueden considerarse apropiados.
El verbo adecuado para referirse a esa acción es disrumpir, que sigue el paradigma de irrumpir e interrumpir (del latín irrumpere e interrumpere) y cuyo uso puede, por tanto, considerarse adecuado.