El 1 y 3 de marzo de 2016 quedarán registrados en la memoria de quienes asistieron a los conciertos que ofrecieron dos grandes del jazz, dos cuartetos liderados por Moisés P. Sánchez y Jorge Pardo, ambos con un mismo programa en homenaje a los cincuenta años del estreno de la obra maestra del compositor y saxofonista John Coltrane, A love Supreme, una suite en cuatro movimientos, Acknowledgement, Resolution, Pursuance y Psalm
La Sala Roja de los Teatros del Canal de Madrid con entradas agotadas. Ambos conciertos en estreno absoluto, por encargo del Festival Internacional de Arte Sacro. Dos versiones, con lenguajes muy diferentes, las dos grandiosas, hubieran sido sin duda firmadas por su autor original.
Una de las características de una obra maestra musical viene determinada por su número de versiones a lo largo del tiempo por distintos artistas y estilos. Y este es el caso de A Love Supreme o el evangelio según Coltrane, que vio la luz el 9 de diciembre de 1964, cuando ya su autor estaba gestando el cáncer de hígado que se le llevó de este mundo en 1967 a la temprana edad de cuarenta años.
Esta semana hemos disfrutado en Madrid de las dos últimas versiones. La de Moisés P. Sánchez, A Love Supreme Project en una recreación fiel al original, con arreglos y adaptaciones de Moisés, porque éste entiende que el homenaje a uno de los dos mayores maestros del saxo, (el otro es Charlie Parker) debe conjurar aquel sonido, aquella energía, de modo que el espectador pueda, cerrando los ojos, visualizar el espíritu de Trane, sumergirse en el universo espiritual y metafísico de una de las obras más profundas y trascendentales de la historia del jazz.
1 de marzo. Lideraron el cuarteto, el piano de Moisés P. Sánchez y el saxo del cubano Ariel Bringuez, que tanto montaron el uno como el otro. Toño Miguel al contrabajo y en la batería otro cubano, Michael Olivera, ambos verdaderos magos de la parte rítmica, cuatro artistas de rango internacional por méritos propios. Otra vez a cerrar los ojos y dejarse llevar hasta aquel cuarteto inolvidable, por siempre vigente, el de McCoy Tyner al piano, Jimmy Garrison al contrabajo y Elvin Jones en la batería, el último y más estable cuarteto de Coltrane.
Y empieza a sonar el primer movimiento Acknowledgement (Reconocimiento) y aunque sabemos que es una obra instrumental, los solos de saxo y piano están desgranando aquel poema de reconocimiento espiritual: a love supreme / a love supreme / I have faith in the word God’s given us / Now there’s a light that shines for me / I’m thankful for all the love you’ve given me / Never has love been so for real you give me / A love supreme / a love supreme.
La búsqueda espiritual de pureza de su autor sigue a lo largo de los cuatro movimientos: Tras el Reconocimiento de lo recibido, sigue, la Resolución, la Búsqueda y la acción de gracias en la oración del último movimiento, el Salmo. Una oración a la que también Coltrane puso palabras para dar gracias por tantas cosas. Una oración que comienza con: I will do all I can to be worthy of Thee O Lord./ It all has to do with it. Thank you God./ Peace. There is none other. God is, It is so beautiful. / Thank you God. God is all./ Help us to resolve our fears and weaknesses./ Thank you God. In You all things are possible. We know./ God made us so. Keep your eye on God. God is. He always was. He always will be.
La música de Coltrane no siempre es fácil o asequible. Entonces y ahora es una experiencia que va más allá de la música; hay que entender su trasfondo espiritual que no se limita a sus ejercicios musicales de acordes y escalas, no. Hay que sumergirse a fondo en sus aspectos, intelectual, emocional, espiritual. Y este cuarteto de hoy, con sus solos de piano para introducir y profundizar en los tema musicales, los de saxo para marcar sentimientos puros y contradictorios, los de batería en los momentos explosivos y el contrabajo para concienciar la continuidad de todo lo que va sucediendo con su rítmica suave; los duetos, diálogos de la mente y el alma, con mucho lenguaje de inquietud, dudas y luz, con el acompañamiento que aleja la soledad y los cuatro en los momentos clave de soluciones y bellezas.
El cuarteto de Moisés P. Sánchez ha comprendido muy bien el meollo de la breve carrera en solitario de John Coltrane, la evolución veloz en estilo, sobre todo cuando sabe que se enfrenta a una muerte temprana. Es una evolución fascinante que afecta tanto a lo musical como a lo extramusical, a las facetas espiritual e intelectual de su autor, que alcanza su cumbre en esta obra. Y esta dimensión ha estado presente en este concierto.
3 de marzo. Para este concierto, World Love Supreme, Jorge Pardo ha invitado a su amigo del alma Javier Colina, un contrabajo sobresaliente; al batería Borja Barrueta, a la guitarra flamenca de Rycardo Moreno y al grupo Gnawa Bambara de Casablanca, Marruecos, liderado por Maalen Said Oughassal con su guitarra africana, (Guembri) y su voz y acompañado por el trío de voz y Gargabus (castañuelas metálicas), Ibrahim Oughassal, El Hassane Lahjari y Abdallah Ettaleby.
De ceremonia musical con propiedades curativas ha sido calificada la música gnawa, herencia de los esclavos islamizados en el Magreb. Este grupo ha aportado algo muy especial a la versión arreglada por Jorge Pardo para este concierto, una versión africana del jazz, recordemos de donde procede el jazz, de las músicas africanas de África subsahariana, de donde procedían en origen estos esclavos islamizados en Marruecos hace ya tanto tiempo….Dos mundos espirituales reunidos con ocasión de este homenaje a la memoria de un músico que representaba ambos mundos.
Aparece en escena Jorge Pardo, vestido a la africana, de blanco, con amplio pantalón y blusón y tocado con un fez rojo, un rasgo de cortesía a sus invitados marroquíes, y empieza a desgranar con su flauta, en solitario, las notas del primer movimiento Acknowledgement, moviéndose por el escenario lenta y armoniosamente, creando con esa maestría que le caracteriza el ambiente Coltrane.
Luego, en fila, van entrando Javier Colina, Rycardo Moreno, Borja Barrueta y finalmente por el lado opuesto de la escena el grupo Gnawa Bambara, en una puesta en escena, una composición física de artistas e instrumentos que crea un auténtico suspense. Jorge Pardo domina el arte de la puesta en escena magistralmente.
Tres líderes en este quinteto con ocho artistas en escena: Jorge Pardo, Javier Colina y Maalen Said Oughassal, tres que se empeñan en un Coltrane africano, con unas complicidades físicas e instrumentales de hacer época. Termina Acknowledgement y da comienzo Resolution con un solo de Javier Colina en el que resuenan esos cuatro tonos que caracterizan y se mantienen en toda la composición. Entra Jorge, ahora con saxo en Coltrane puro y ya se va uniendo el resto del quinteto que se resume en un dúo de contrabajo, guembri y voz de Oughassal. Esto es más que complicidad entre los dos, porque ya empieza a descubrirse que el marroquí es un auténtico seductor, un encantador de lo que se le ponga por delante.¡Que personaje! Hay que verle, no es descriptible con palabras. El grupo gnawa de gargabus, con esa percusión que tan bien conocen quienes hayan frecuentado espectáculos en Marruecos y otros países árabes, con tantos aportes sonoros, una auténtica voz. También cantan, en árabe, y uno de ellos danza estilo derviche. ¡Una pasada!
En el movimiento Pursuance (búsqueda) resuena un solo explosivo de la batería de Borja Barrueta, subrayando la dificultad extramusical, las dudas e inquietudes en la búsqueda espiritual en la que estaba inmerso Coltrane cuando escribió esta composición. Vuelve Jorge con la flauta, solo y luego con el africano Oughassal en un auténtico dúo de seducción, seguido de una ceremonia ritual de batería, la percusión de las gargabus, las voces en árabe, y la seducción que ahora se dirige al público para implicarle a compás de palmas. Respuesta total.
Cuarto movimiento, Salmo, oración de acción de gracias, I will do all I can to be worthy of Thee O Lord! El solo es ahora de la guitarra flamenca de Rycardo Moreno, mientras los demás componentes del quinteto adoptan posturas estáticas en actitud devocional. Es un momento en el que impresionan esas notas 1, 2, 3, 4. Y luego Javier, Oughassal, Jorge y por último el grupo gnawa, esta vez al compás de palmas. Tras un precioso solo de guembri con Jorge y Javier a las palmas, se unen todos para poner fin a la oración y al concierto…I have seen God – I have seen ungodly – none can be greater – none can compare to God. Thank you God. He will remake us…He always has and He always will. It is true – blessed be His name – thank you God. God breathes through us so completely…so gently we hardly feel it…yet, it is our everything. Thank you God.
Con júbilo, elegancia, exaltación las notas finales: All from God. Thank you God. Amen. Coltrane en clave africana. Excelso.
