El yihadista Estado Islámico (EI) ha dictado una fatua ordenando la mutilación genital de todas las mujeres iraquíes de edades comprendidas entre los 11 y los 46 año en la región de Mossul, en el norte del país, según un comunicado de la ONU fechado el 24 de julio de 2014 y reproducido por distintos medios internacionales.
Según esta fuente, la organización terrorista islámica asegura que la escisión femenina constituye un «privilegio» del califa Bagdadi destinado a «vigilar y proteger la sociedad islámica del desenfreno”.
Jacqueline Badcock, coordinadora humanitaria de la Onu en Irak, ha señalado desde Erbil, capital del Kurdistán iraquí autónomo, en una videoconferencia organizada en Ginebra, que alrededor de cuatro millones de mujeres y niñas podrían estar afectadas por la fatua, según las cifras del Fondo de Naciones Unidas para la Población.
Hasta ahora, las mutilaciones genitales femeninas no se practicaban apenas en Irak, quedando reducidas a “algunas regiones aisladas”: “Esta orden representa algo nuevo y muy preocupante en la región”, ocupada desde el 10 de junio por los yihadistas y sus aliados sunnitas, quienes la han convertido en “un califato”. “No responde a la voluntad del pueblo iraquí, ni tampoco a la de las mujeres de la zona”.
Los islamistas radicales llevan meses estrechando su cerco en un país devastado por una década de guerra, caos y atentados. Según la radio pública NPR, un portavoz del Ei en Mossul habría desmentido por teléfono la existencia de la fatwa.
Según cifras facilitadas por Unicef en su última conferencia, celebrada el 22 de julio, más de 130 mujeres y niñas han sufrido algún tipo de mutilación genital en 29 países de Africa y Oriente Medio. Se trata de prácticas que ponen en peligro la vida de las mujeres porque pueden provocar hemorragias incontrolables, infecciones, esterilidad e incluso la muerte.