Francisco Gómez Temboury se ha ido en esta fría noche con los papeles pintados; esos que le acompañaron como artista hace tan solo unos días.
Papeles marmoleados que cubrían los libros que con tanto mimo pudo encuadernar. Porque en la encuadernación el orden y el espacio convergían para él en cada papel. Afición que nunca dejó de lado porque fue parte de su vida; rica vida llena de sensibilidad y generosidad; esa belleza convulsa a la hora de abrir un libro; el olor, el color, las formas… Afición heredada de su padre y de su abuela; cuyo testigo tomó y lo hizo propio con sus manos. Hace cuarenta años de aquellos papeles pintados que hoy, con las técnicas de engrudo y pintura bajo el agua, aún experimentaba.
Paco, como era conocido en Torrelodones, entre sus diversas aportaciones a la comunidad, formaba parte de la Residencia Parroquial Santa María de Los Ángeles. Cada mañana ayudaba desde que se jubilara a que todos los papeles, los otros que no son los pintados, estuviesen en orden. Horas y más horas y muchos días junto a Estrella con quien hacía un tándem perfecto para que todo funcionara. Generosidad, solidaridad y un gran corazón.
El resto de los momentos los pasaba con los jóvenes chicos de la Banda Sinfónica Municipal de Torrelodones. tocando su clarinete. Amigos que desde que se fundara la banda vio crecer hasta pasada la década; niños q se hicieron hombres junto a él. Siempre solía decir que le sorprendía cómo podía tener las mejores conversaciones con niños de ocho años o con jóvenes de quince. Ver a Paco tocar con los niños era como verle a él de joven.
En sus manos, jugaba con destreza con la encuadernación tradicional; la artesanal; esa que procuraba en su taller. Cuidadosamente pintaba cada hoja para que fuera única. En la reciente exposición días antes de su marcha expuso cada una de ellas como tesoros mágicos; esos que atan las cuerdas de las hojas del conocimiento. Libros encuadernados por Paco García Temboury, libros y hojas con historia y sensibilidad.
Nunca olvidaré tu gesto a favor de la discapacidad visual; esa que tan bien conocías; esa que nos quita un poco para darnos algo más. Quizá en tus papeles pintados encontraste el mensaje de lo único que es importante; la belleza de las cosas que no son otras, que el arte y la música. La amistad, la generosidad y la grandiosidad iban necesariamente contigo.
Gracias Paco por todo lo que has hecho con nosotros. Tu legado forma parte de los acordes de la música que alguna vez tocaste aquí. Allí arriba la música es eterna como sabes. En la misma quizá encontremos la paz que hoy hemos perdido al despedirte. En este video de un concierto simpático que una vez nos hizo sonreír, seguro que hoy a ti te trae buenos recuerdos. Con una sonrisa queremos recordarte y con la música, que hoy y siempre te dedicaremos.
En nombre de todos los que sé que siente tu pérdida nos despedimos de ti. ¡Hasta pronto, Paco!
Descansa en paz.