El jurado internacional presidido por los hermanos Joel y Ethan Coen ha otorgado la Palma de Oro de esta 68 edición del Festival de Cannes a la película francesa “Dheepan” de Jacques Audiard.
Una Palma de Oro inesperada para una película que no figuraba entre los pronósticos de la critica internacional en Cannes, en el marco de un Palmarés que por lo demás reúne sin embargo algunas de las mejores películas que vimos en este festival.
Es la tercera vez que Jacques Audiard es premiado en Cannes, y la primera que se alza con la Palma de Oro. “Dheepan” cuenta la historia de una pareja de inmigrantes de Sri Lanka, que se hacen pasar por marido y mujer para obtener asilo político y se encuentran en Francia trabajando como porteros en una de esas periferias urbanas, en las que los narcotraficantes hacen la ley, escapando al normal funcionamiento del Estado de derecho.
El tema es interesante y la película está rodada con rigor, con las claves propias al cine de género, pero la realidad que describe, así como su desenlace, resultan un tanto inverosímiles, razón por la cual no figuraba entre mis preferidas.
Mucho más realista y verosímil era en cambio “Un profeta” 2009, del mismo Jacques Audiard, en donde describía con fuerza la realidad del mundo carcelario en Francia y que valió entonces a Tahar Rahim el premio de mejor actor.
Veterano director de cine francés, e hijo del célebre guionista Michel Audiard, Jacques Audiard es la tercera vez que participa en la competición de Cannes y la primera que obtiene la Palma de Oro. En los César del cine francés ha sido galardonado en tres ocasiones, por “De battre mon coeur s’est arreté” 2005, “Un profeta” 2009, y “De rouille et d’os” 2012.
El Gran premio del jurado en esta 68 edición ha sido para el cineasta húngaro Laszlo Nemes por “El hijo de Saul” que es a mi juicio la mayor sorpresa que los cinéfilos hemos tenido en esta competición. Un arriesgado proyecto de puesta en escena que ha sido justamente recompensado, aun si no logra la máxima recompensa del certamen.
El Premio del jurado ha sido para “The lobster”, «La langosta», del griego Yorgos Lanthimos, otra muy buena sorpresa de esta competición, con un original relato de ciencia ficción de tono surrealista, que dice mucho y bien sobre nuestra sociedad contemporánea, sus taras y sus tabúes.
El Premio a la mejor puesta en escena ha recompensado el trabajo del veterano director chino taiwanés Hou Hsiao Hsien por “El asesino”, esmerada película de artes marciales de una absoluta belleza plástica que fue muy bien acogida por la critica.
Los dos premios del jurado, como el de la puesta en escena, nos hacen pensar que la discusión ha debido ser intensa en el seno del jurado internacional para escoger la Palma de Oro que recompensa la mejor película del festival.
Ignoro el por qué de esa inesperada y discutible Palma, pero no comparto en absoluto esa opinión. Varias son las películas que podían aspirar a esa Palma, muy por encima de la de Audiard, entre otras “Shan He gu ren“ del chino Jian Zhang Ke, o las ya citadas “El hijo de Saul”, y “La ley del mercado”.
Unanimidad en cambio ha suscitado el premio de interpretación masculina para el actor francés Vincent Lindon, en la emocionante película “La ley del mercado” de Stephan Brizé, que tiene también un excelente guion y original puesta en escena.
El premio de mejor guion se lo lleva el mexicano Michel Franco por ”Chronic” un relato de indiscutible fuerza sobre un hombre que se ocupa de los enfermos de cáncer en el fin de la vida, interpretado por Tim Roth. Me alegra este premio para este joven director mexicano, quien participa por tercera vez en Cannes y por primera vez en competición, y al que vimos llegar muy joven en 2010 con la no menos sorprendente “Daniel y Ana” en la quincena de realizadores.
El premio de mejor actriz ha sido otorgado ex equo a dos actrices: la francesa Emmanuelle Berco por “Mon roi” de Maiwenn, que nadie daba como favorita, y la norteamericana Rooney Mara, excelente en efecto por su papel de joven empleada de una tienda que en los años cincuenta tiene una historia de amor lésbico con Cate Blanchet en “Carol”.
El Premio de la cámara de oro, otorgado entre 26 operas primas proyectadas en todas las secciones de este festival ha ido a parar a la colombiana “La sombra y la tierra” de César Augusto Acevedo, que fue seleccionada por la Semana de la Critica.
La Palma de Oro al mejor cortometraje fue para “wawes 98” un corto de 12 minutos de animación del director libanés Ely Dagher.