Ya sea que estés en búsqueda de tu primer trabajo, quieras cambiar o incluso ascender en la empresa en la que actualmente estás, tienes que desarrollar un plan y, para ello, tienes que establecer los objetivos que buscas. No todo es tan fácil como preparar el plan y ya todo llegará después, sino que hay algunas formas con las que ese proceso se puede facilitar y eso es lo que vamos a contarte en este artículo.
Uno de los métodos para facilitar ese proceso es la creación de un mapa mental. SI no sabes lo que es no te preocupes porque te lo vamos a contar detalladamente para que puedas crear uno que te ayude a avanzar en tu prometedora carrera profesional.
¿Qué es un mapa mental y cómo puede ayudarte?
Un mapa mental es un tipo de diagrama que se utiliza para desarrollar y conectar ideas, tareas o conceptos a un sujeto principal, en este caso tu carrera o formación. Puede ayudarte en todo momento y en cada paso porque al poder ver todo en un solo golpe de vista te permite visualizar cualquier tipo de bloqueo o problema para poder evitarlo antes de que ocurra y así no perder el tiempo.
El mapa mental puede ser utilizado en muchos ámbitos y a muchos niveles, pero lo que nos interesa aquí es en el desarrollo de una carrera profesional. En este sentido, es una herramienta perfecta para ver más de cerca las cosas o habilidades en las que quieres mejorar o incluso cambiar.
¿Cómo hacer un mapa mental?
Elaborar un mapa mental es casi fundamental para conseguir el éxito en tu carrera profesional porque pone en perspectiva todo lo necesario para alcanzar la gloria. Sigue estos pasos para crear uno perfecto:
1- Visualiza el presente
Antes de ponerte manos a la obra, lo primero que debes conocer a la perfección es tu situación actual. Si aún eres estudiante, tienes que ver en qué te quieres especializar, si quieres hacer un máster o saltar al mercado laboral. Si estás ya en un trabajo, este paso sirve para ver lo bueno y lo malo de tu puesto actual, en qué querrías cambiar o en qué puedes mejorar y cómo.
2- ¿Cuáles son tus habilidades?
Este es el paso más importante que tienes que seguir y también el más difícil. Nadie nos conoce mejor que nosotros mismos pero también plasmar eso puede resultar complicado. Apunta cuáles son tus puntos fuertes siendo objetivo y también tus puntos débiles. Piensa y responde a preguntas tales como: ¿Cuáles son mis puntos fuertes? ¿En qué destaco en comparación a otras personas en el mismo puesto? ¿Cuáles han sido tus logros en el ámbito educativo y/o profesional?
El siguiente paso es hacer lo mismo pero con tus puntos débiles. No te preocupes que esto no lo va a ver nadie que no seas tú, sé sincero. Una vez tengas todas estas debilidades localizadas te será mucho más fácil presentarte porque podrás lidiar con ellas e incluso convertirlas en tus puntos fuertes.
Este apartado puede ser el punto diferenciador en una entrevista de trabajo. Todos nos ponemos nerviosos pero si hemos hecho los deberes en nuestro mapa mental, el entrevistador nos verá seguros porque nos explicaremos muy bien y eso es muy importante en el proceso de selección.
3- ¿Qué recursos tienes?
Los recursos que son necesarios en este punto no son recursos económicos, ni mucho menos, sino recursos propios tuyos que puedes utilizar en tu beneficio tales como tu experiencia profesional, tu nivel de estudios, los diferentes cursos de formación extra que hayas podido hacer, recomendaciones de otros profesionales y tus hitos como profesional o estudiante. Estos son puntos que hay que incluir en tu mapa mental.
Esto te ayudará a saber, dependiendo del puesto o trabajo, qué destacar en ciertos momentos porque, por ejemplo, no es relevante destacar que seas muy bueno en números si vas a trabajar en la redacción de artículos de cultura general. Como te decimos, es muy importante que te conozcas a ti mismo para saber venderte bien dependiendo de la situación.
4- Define tus objetivos
Los objetivos que tienes que proponerte tienen que ser realistas. No se puede aspirar a ser jefe de equipo en un año si todavía no tienes la experiencia adecuada. Estaría bien que los objetivos los escribas en un color distinto o en un cuadro de otro color para que destaque y sea lo primero que veas cuando quieras consultar el mapa mental. Lo ideal sería que estén diferenciados entre objetivos al corto, al medio y al largo plazo. De esa manera puedes preparar mejor el camino para saber qué hacer en todo momento y, en esa fase de planificación, ver qué tipo de problemas pueden surgir para minimizar el riesgo o incluso eliminarlo.
Un ejemplo a corto plazo sería qué salario te gustaría tener y qué condiciones tienen que ser la mínimas para aceptar un trabajo, si quieres que sea presencial con sus retos, híbrido o en remoto. Un ejemplo a medio plazo es el tiempo que tienes previsto estar en ese puesto de trabajo para poder aspirar a un ascenso y un ejemplo a largo plazo puede ser algo relacionado con la pensión o si un puesto de trabajo específico puede derivar en otro y este a su vez en otro superior. Un plan de carrera profesional que te ayude a conseguir tus objetivos.
A estas alturas ya tendrías que haber completado tu mapa conceptual de tu carrera profesional. No tengas prisa porque puede llevarte mucho tiempo hacerlo porque quizá te has metido en un trabajo que no era cómo creías y quieres dar un giro completo y dedicarte a otra cosa, pero para eso precisamente está el mapa mental, para que no te vuelva a suceder y emplees tu tiempo en lo que realmente te interesa y te llena como profesional. ¡Buena suerte!