El trigésimo Congreso Mundial de la Federación Internacional de Periodistas, que es la mayor organización planetaria de la profesión, celebrado en Túnez del 11 al 14 de junio de 2019, fue el primero de su especie en un país árabe y africano.
Hay que recordar que la FIP no integra ni admite afiliaciones individuales. Está formada por sindicatos y asociaciones nacionales. No hay, pues, afiliación personal individualizada a la FIP, sino gremial y colectiva. Sus congresos se celebran trianualmente. Y como sus precedentes, fue un acontecimiento muy intenso; de modo que a quienes estuvimos allí no nos resulta nada fácil hacer un resumen. Siempre será limitado, disperso y parcial. Intento aquí sintetizarlo en unos cuantos aspectos destacados.
Nuevo presidente. Fue elegido, Younes M’Jahed (YM), periodista marroquí. Derrotó al canadiense Martin O’Hanlon por 200 contra 112 votos. Un símbolo de cómo la FIP se ha hecho cada vez más diversa, verdaderamente global, desde el Congreso de Cádiz (2010), que fue el primer eslabón de ese proceso. Ha ido perdiendo poco a poco su antiguo predominio nórdico-europeo, lo que parecía casi obligado hace dos décadas.
Younes M’Jahid, quien fuera presidente del sindicato de periodistas de su país, lo es hoy también del Consejo Nacional de Prensa de Marruecos. Sucede como presidente al belga Philippe Leruth que fue elegido en 2016 en el Congreso de Angers (Francia).
Comité Ejecutivo. Además del nuevo presidente, para la primera vicepresidencia de la FIP, fue elegida Zuliana Láinez (de Perú), junto las dos vicepresidencias que obtuvieron Sabina Inderjit (India) y Timur Shafir (Rusia). El cargo de Tesorero Honorario seguirá siendo ejercido por el británico Jim Boumelha. Entre los demás integrantes (dieciséis, 21 en total con los ya citados) del nuevo Comité Ejecutivo hay UN buen grupo de personas de lengua española y portuguesa. Están María José Braga (Brasil), Adriana Hurtado (Colombia) y Filemón Medina (Panamá), más la vicepresidenta Zuliana Láinez. Los países latinoamericanos federados en la FEPALC tienen cuatro puestos en la nueva dirección mundial de la FIP.
Además, con Sofía Branco (Portugal) y María Luisa de Carvalho (Angola), son tres las consejeras lusófonas (contando la colega de Brasil). Los miembros europeos del sur elegidos son Raffaele Loruso (Italia), Paco Audije (España) y Dominique Pradalié (Francia). En total, pues, hay cuatro europeos. Los restantes son: Larry Goldbetter (Estados Unidos), Jennifer Moreau (Canadá), Paul Murphy (Australia), Omar Faruk Osman (Somalia), Zied Dabbar (Túnez), Nasser Abubaker (Palestina), Mouauad Allami (Irak) e Ian Chen (Taiwan). Con voz, pero sin voto, integran también el Comité Ejecutivo, Anthony Bellanger (francés) y Jeremy Dear (británico), Secretario General y SG Adjunto respectivamente.
Código o carta ética
Fue aprobado un nuevo código ético de la FIP, que se titula en español “Carta Ética Mundial para Periodistas”. Es un texto más largo y prolijo que el anterior, acordado en distintas versiones correspondientes a los tres idiomas oficiales de la FIP (inglés, francés y español). Intenta mantener los principios originarios adaptándose al siglo XXI y al mundo digital predominante. Empieza haciendo referencia al artículo 19 de la Declaración Universal de Derechos Humanos como “base de la misión del periodista”. En ese mismo párrafo, se dice: “El periodismo es una profesión que requiere tiempo y recursos para ejercerse, así como seguridad material, elementos esenciales para su independencia”. Tiene 16 puntos, entre los que el primero hace referencia al respeto a la verdad y “al derecho del público a conocerla”.
En el texto anglófono se utiliza el término “the journalist”, en las versiones francesa y en español, “Le/la journaliste” y “el o la periodista”. A alguien esto le parecerá innecesario, así que no me privaré aquí de recordar una anécdota del pasado reciente. Me la contó ayer mismo una colega de RTVE. En la sala de prensa del Pabellón de Autoridades del aeropuerto de Madrid-Barajas -como en otros clubes y lugares de prensa- pasaron décadas hasta que a alguien se le ocurrió instalar allí un aseo para nuestras colegas. La periodista que me lo refirió fue enviada -un día cualquiera, hace años- a cubrir una rueda de prensa en el aeropuerto. En un momento dado, necesitó ir al WC. No existía para mujeres en aquella sala de prensa. Tuvo que pedir a un policía que le permitiera ir al baño del Salón de Autoridades, donde sí existía. El circunspecto funcionario le abrió la puerta correspondiente del baño de «señoras de las autoridades». Tremendo.
Convención de la ONU contra la impunidad
Recibió un gran respaldo la propuesta de Convención de Naciones Unidas para la Protección de los Periodistas y de los Profesionales de los Medios, impulsada por la FIP. Está destinada a convertirse en un elemento clave de lucha contra la frecuente impunidad de quienes asesinan periodistas. En 2018, según la lista anual de la FIP, el número de los periodistas y personal de los medios asesinados ascendió a 98. Una especificidad de esa lista anual de la FIP es que incluye a TODO el personal de los medios víctima de un asesinato, no solo específicamente a los periodistas.
Tras varios encuentros en la ONU, existe ya un grupo de países amigos dispuestos a apoyar a la FIP en su empeño ante la Asamblea General de Naciones Unidas. Hace pocos meses, la Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE) y la Federación de Sindicatos de Periodistas (FeSP) pidieron -por carta- un encuentro al ministro saliente de Asuntos Exteriores, Josep Borrell, para explicarle sus razones y por qué los periodistas requieren a la diplomacia española para que añada su apoyo al del citado grupo de países amigos de la Convención que propone la FIP. Ésta empezó su campaña por la Convención en 2018, mediante reuniones públicas con funcionarios de Naciones Unidas en Nueva York y Ginebra.
La Unión Europea de Radiodifusión (UER/EBU), la Asociación Mundial de Radios Comunitarias (AMARC), la Asociación Mundial de Diarios (WAN-IFRA), y la federación mundial de los trabajadores de los medios de UNI Global Union, son algunas de las organizaciones que colaboran para hacerla aprobar en la ONU.
Durante la celebración del Congreso, se produjeron –al menos- dos asesinatos de periodistas en países de América Latina: el de la colega mexicana Norma Sarabia, asesinada el día 11 de junio en Huimanguillo (estado de Tabasco), y el del colombiano Libardo Montenegro, asesinado en la misma fecha en el municipio de Samaniego (departamento de Nariño).
En la capital tunecina, los participantes en el Congreso llevaron a cabo una marcha contra la impunidad en la que cada manifestante mostraba rostros de periodistas asesinados durante el último período congresual (271 asesinados desde junio de 2016, según las listas anuales publicadas por la FIP).
Género, igualdad, lucha contra la discriminación. Consta en el programa de trabajo de la FIP un apartado sobre la igualdad de trato y derechos entre hombres y mujeres, donde se recuerda la implicación en esa lucha con otras organizaciones mundiales (OIT, Confederación Europea de Sindicatos, Confederación Sindical Internacional, UNESCO, etcétera), “para luchar activamente contra toda discriminación” como “una prioridad” de los afiliados. Hubo una moción del Sindicato Indio de Periodistas en apoyo al movimiento #MeToo. Otra del National Union of Journalists (NUJ, Reino Unido e Irlanda), para establecer una estrategia contra la brecha salarial de género.
Por voto aplastante, María Ángeles Samperio (de FAPE), periodista que trabaja en El Diario Montañés (Santander), expresidenta de la Asociación de la Prensa de Cantabria, fue elegida nueva presidenta del Consejo de Género de la FIP. Lleva al menos dos décadas vinculada a esa pelea, dentro de la FIP y fuera de ella.
Precariedad y ataques al periodismo
Hubo una gran variedad de intervenciones, propuestas y mociones relativas a la precariedad creciente de la profesión, que se extiende de formas diversas por todo el mundo. Sobre todo entre los más jóvenes.
No es un factor que se limite a uno u otro país, sino que afecta a todos los continentes. Y esa precariedad incide directamente en las carencias democráticas de los medios y en la libertad de ejercicio de la profesión. Naturalmente, abundaron también las mociones contra la censura, la libertad de información, de opinión y de prensa. Contra la desinformación y las noticias falsas.
Se aprobaron mociones urgentes, por ejemplo, en favor del periodista ruso Ivan Golunov, conocido por su periodismo de investigación en torno a la corrupción. Golunov fue liberado sin cargos en vísperas del Congreso de la FIP.
También se discutieron mociones y acciones de defensa de las colegas periodistas, contra el acoso cibernético y contra el espionaje a los profesionales de la información. En defensa del secreto profesional. Entre las mociones específicas presentadas por afiliados españoles, dos ejemplos. Uno relativo a la confiscación de material de periodistas, defendida por Luis Menéndez (FAPE), que tenía su origen en el caso de Palma de Mallorca (diciembre 2018); y otra moción sobre la necesidad de democratización de los medios públicos, que defendió en la tribuna Lola Fernández-Palazuelo (Sindicato de Periodistas de Andalucía/FeSP). Los colegas de FSC-CCOO presentaron otras mociones (asimismo en el apartado de la precariedad laboral y por los derechos de autor de los periodistas). También asistió a este Congreso Juan Antonio Korta, en nombre de los periodistas vascos de ELA-STV.
Caso Assange. Aunque el caso Julian Assange mereció varios debates y la intervención de un orador invitado, Kristin Hrafnsson (de Wikileaks), el Congreso de la FIP, con diferencias de valoración sobre el asunto entre sus distintas organizaciones, se limitó a votar contra la posible extradición de Assange a Estados Unidos, sin mayores precisiones sobre sus problemas en el Reino Unido, Suecia o sobre los detalles de su expulsión de la embajada de Ecuador en Londres.
Hubo debate y mociones de solidaridad con los ataques a los periodistas de países como Turquía, India, Palestina, Brasil y Somalia. Y no faltaron, algunas referencias negativas del mismo tipo a países de la Unión Europea (especialmente a Polonia, Malta y Hungría, pero también a Francia y España).
En los documentos del Congreso, el Secretario General de la FIP nos recordó que debemos oponer los principios de la nueva Carta Ética Mundial de los Periodistas a las noticias falsas. “También para permitir a los profesionales cumplir su misión de informar en las mejores condiciones laborales posibles”, concluye Anthony Bellanger.
r ello, quizá todo lo que precede se resume en una idea de Georges Bourdon, periodista francés del primer tercio del siglo XX y gran reportero del diario Le Figaro. Él fue uno de los fundadores de la Federación Internacional de Periodistas (1926, en París). Para Bourdon, la FIP debía ser un cuerpo que caminara de manera equilibrada con dos pies, “un pie sindical y un pie deontológico”.
Texto aprobado en el último Congreso de la FIP celebrado del 11 al 14 de junio en Túnez:
CARTA ÉTICA MUNDIAL PARA PERIODISTAS
Preámbulo:
El derecho de toda persona a tener acceso a la información y a las ideas, recogido en el Artículo 19 de la Declaración Universal de Derechos Humanos, es la base de la misión del periodista. La responsabilidad del periodista con el público tiene prioridad sobre cualquier otra, en particular hacia sus empleadores y las autoridades públicas. El periodismo es una profesión que requiere tiempo y recursos para ejercerse así como seguridad material, elementos esenciales para su independencia. Esta declaración internacional especifica las normas de conducta de los periodistas en la investigación, edición, transmisión, difusión y comentario de noticias e información, y en la descripción de los acontecimientos por cualquier medio.
- Respetar la verdad y el derecho del público a conocerla constituye el deber primordial del periodista.
- De acuerdo con este deber, el o la periodista defenderá, en todo momento, el doble principio de la libertad de investigar y de publicar con honestidad la información, la libertad de comentario y de crítica, así como el derecho a comentar equitativamente y a criticar con lealtad. Él/ella se asegurará de distinguir claramente la información de la opinión.
- El o la periodista no informará sino sobre hechos de los cuales él/ella conozca el origen, no suprimirá informaciones esenciales y no falsificará documentos. Él/ella será cuidadoso en el uso de los comentarios y documentos publicados en las redes sociales.
- El o la periodista no utilizará métodos desleales para obtener información, imágenes, documentos o datos. Él/ella siempre informará de su condición de periodista y se abstendrá de utilizar grabaciones ocultas de imágenes y sonidos, a menos de que sea objetivamente imposible para él/ella la recopilación de información de interés general de esta manera. Exigirá el libre acceso a todas las fuentes de información y el derecho a investigar libremente todos los hechos de interés público.
- La noción de urgencia o inmediatez en la difusión de la información no prevalecerá sobre la verificación de las fuentes y/o el ofrecimiento de una respuesta a las personas implicadas.
- El o la periodista se esforzará, con todos los medios, en rectificar de manera rápida, explícita, completa y visible cualquier error o información publicada y revelada inexacta.
- El o la periodista guardará el secreto profesional sobre la fuente de las informaciones obtenidas confidencialmente.
- El o la periodista respetará la privacidad de las personas. Sólo difundirá información privada si ello sirve al derecho de los ciudadanos a la información. Respetará la dignidad de las personas representadas, informará a los entrevistados de que sus comentarios y documentos serán publicados y mostrará especial consideración hacia los entrevistados sin experiencia.
- El o la periodista velará por que la difusión de información o de opiniones no contribuya al odio o a los prejuicios y hará todo lo posible por no facilitar la propagación de la discriminación por motivos de raza, sexo, orientación sexual, idioma, discapacidad, religión, opiniones políticas y de otra índole y origen nacional, social o étnico.
- El o la periodista considerará como faltas profesionales graves: el plagio; la distorsión mal intencionada; la calumnia, la maledicencia, la difamación y las acusaciones sin fundamento.
- El o la periodista se abstendrá de actuar como ayudante de la policía u otros cuerpos de seguridad. Solo se le pedirá que brinde a estos cuerpos información publicada por medios de comunicación.
- El o la periodista mostrará solidaridad con sus compañeras y compañeros, sin renunciar a su libertad de investigación, información, crítica, comentario, sátira y libertad editorial.
- El o la periodista no debe utilizar la libertad de prensa en beneficio de intereses de terceros y debe abstenerse de recibir cualquier provecho por la difusión o no difusión de información. Evitará, o pondrá fin, a cualquier situación que pueda dar lugar a un conflicto de intereses en el ejercicio de su profesión. Evitará cualquier confusión entre su actividad como periodista y la de la publicidad o propaganda. Él/ella se abstendrá de cualquier forma de abuso de información privilegiada y manipulación del mercado.
- El o la periodista no asumirá con ningún interlocutor un compromiso que pueda poner en peligro su independencia como profesional. En cambio, sí respetará las modalidades de difusión que hayan acordado libremente, como en «off», bajo anonimato o mediante embargo, siempre que estos compromisos sean claros e indiscutibles.
- Todo/a periodista digno de llamarse tal debe cumplir estrictamente con los principios enunciados previamente. No podrá ser obligado/a a realizar un acto profesional ni a expresar una opinión contraria a su convicción o conciencia profesional.
- En el marco del derecho vigente en cada país, el o la periodista sólo aceptará, en cuestiones de honor profesional, la jurisdicción de organismos independientes de autorregulación abiertos al público, excluyendo cualquier injerencia gubernamental o de otro tipo.