En una revisión anual sin más acontecimientos que la de ir como rutina resulta que un día te dicen que tienes cáncer de mama. Que sí, que todo va bien, que muchas se curan; la mayoría, dice el oncólogo, hasta un 85 % de las mujeres afectadas, pero, ¿y si tengo metástasis?
Las otras chicas son las que se agrupan en la asociación de cáncer metastásico; ellas no tienen opción, tienen cáncer de por vida y esta debe jugarse con todas las cartas, las de la vida, las de la lucha permanente porque el tratamiento así lo dicta. Detrás de todos ellos, pacientes que se curan, pacientes que mueren, pacientes tratados de por vida, existe el duro trance de vivir porque vivir se convierte en un asunto urgente.
Lo cierto es que una de cada ocho mujeres sufrirá cáncer de mama a lo largo de su vida y cada vez más, aunque la tasa de supervivencia es alta, hablamos de cifras, de tumores y de una vida que puede cambiar de un día a otro.
Las palabras vacías llenas de fuerza no son reales cuando de forma eufemística hablamos de luchar contra el cáncer, de vencer al cáncer, de atacar al cáncer. Ni una cosa, ni la siguiente, ni la contraria. Los pacientes, todos, mujeres y hombres, porque alguno también lo padece, cáncer de mama masculino, se someten a lo que haya que someterse porque no hay plan b; no hay otra opción. La suerte es llegar a tiempo y que tratamientos como los inhibidos de la proteína CDK4/6 permiten controlar la enfermedad y que esta no se dispare.
En España se diagnostican 33.000 nuevos casos cada año si bien la tasa de mujeres afectadas sigue aumentando especialmente en aquellas que han tenido hábitos de vida tóxicos o porque han fumado y bebido en los últimos 30 años. A partir de los 60 el crecimiento es significativo cuando debiera ser un período de cierta calma porque hasta hace pocos años la prevalencia en esa década no era muy considerable.
Tenemos que considerar que si bien la tasa de supervivencia es alta, hasta un 90 % de los casos, muchas mujeres no han sido diagnosticadas aún porque no han accedido a los planes de prevención y por tanto, ignoran si padecen cáncer.
Este día las mujeres lo celebran con un lazo rosa que fue visibilizado por la editora de la revista Self cuando le fue diagnosticado un cáncer de mama en 1992 y a raíz de ello, la Fundación Estée Lauder organizó un área de investigación para luchar contra el Cáncer de mama.
La investigación pero sobre todo la prevención exige que las mujeres a partir de los 45 años se hagan revisiones ginecológicas y de mama para detener la enfermedad si esta existiera. Cualquier anomalía, bulto, irritación, secreción en los pezones, sangre, dolor en la mama o hundimientos de piel pueden ser síntomas de que algo no va bien. Aunque se haya hecho recientemente una revisión, acuda a un servicio de urgencias e informe de estos cambios.
Los riesgos de padecer cáncer aumentan si la mujer ha sido precoz o si tiene la menopausia de forma tardía; si tiene las mamas densas con más tejido conjuntivo que adiposo, si tiene antecedentes familiares, si ha padecido mutaciones genéticas tales como el BRCA1 y BRCA2 pueden tener carcinomas invadidos, díctales, lobulillares, entre otros.
Cirugía, radioterapia, quimioterapia y hormonoterapia además de una vida sana harán que si se coge a tiempo el cáncer se pueda vencer. Todo pasa por la prevención y por los hábitos de vida saludables, recuerde.
