Hace dos años de tu muerte admirado Pablo. Tu proyecto no ha quedado vacío porque tu enfermedad sirvió para que muchas personas conocieran qué significaba donar médula. No tuviste suerte, no, porque en esta vida contradictoria que todos manejamos como podemos, las circunstancias, el devenir y la enfermedad, te arrebató los días que te quedaban en este lugar.
Y esto no ha sido en vano, Pablo. Siempre que hablamos de médula, de donaciones, de donar médula ósea, hablamos de ti, porque es necesario referir tu empeño a esta causa que salva muchas vidas. Y lo seguiremos haciendo porque tu voz sigue viva, no solo en Málaga, la tierra que te vió nacer, sino entre los miles de jóvenes que como tú, ven esperanza y luz cuando padecen leucemia o linfomas.
Y todavía tenemos que divulgar que donar salva vidas, que es necesario, que es vital y nunca mejor dicho. Salvarle la vida a una persona es un regalo que no merecemos destruir cuando nos vamos al otro lugar; mientras dejamos aquí salud y una oportunidad para otros, y digo otros porque un cuerpo que yace muerto salva unos ojos por la córnea, salva dos vidas por los riñones, salva un hígado marchito, un corazón operado, ¡ay, hablamos de salvar personas, qué grandeza!
Y siempre nos preguntamos dónde, cómo es, si duele, si me pasa algo, cuál es el protocolo, cómo he de hacer, a quién se lo debo comunicar, etc. etc. Puedes ser donante si tienes entre 18 y 55 años, si pesas más de 50 kg, si no tienes problemas con la hipertensión, si eres diabético, si estás embarazada, si padecer EPOC, enfermedades autoinmunes, VIH, hepatitis B o C, si tienes fibromialgia, trombosis, emboismo pulmonar, entre otras enfermedades crónicas.
Darte de alta en el Registro de Donantes de Médula Ósea, REDMO y hacerte donante de médula es el paso que hay que dar para que personas como tú puedan seguir viviendo. Cuando te extraigan una muestra de sangre o de saliva se puede saber si eres compatible con algún paciente receptor y si lo fueras, el centro te lo hará saber. Donar sin riesgo es una realidad, no hablamos de médula espinal, sino ósea. A lo largo de 5 días te inyectarán factores de crecimiento hematopoyético que son sustancias que harán que las células madre salgan de la médula ósea a la sangre periférica. Una vez que estén ahí, se filtrarán a través de una máquina durante unas horas y en dos semanas, habrás recuperado los leucocitos que has donado. Así de fácil, así de bien.
Aún queda mucho para alcanzar lo que tú esperabas pero es cierto que desde tu muerte han aumentado ostensiblemente las donaciones aproximadamente un 20 % más en España, país solidario donde los haya. El objetivo es trabajar, informar y divulgar qué significa ser donante de médula y a finales del año 2020 que se alcancen los 400.000 donantes. ¿Te imaginas, Pablo?
¡Siempre fuertes, Pablo, siempre fuertes!
Gracias por tu legado, no será en vano, te lo aseguro. Muchos lectores hoy pensarán cómo donar e irán a informarse, por ti, por los pacientes que esperan, porque la vida es mejor cuando eres solidario con el prójimo. Gracias siempre, gracias Pablo.
Descansa en paz.
