En Chile se unieron miedo y errores

Este pasado domingo 7 de mayo 2023 se enfrentaron nuevamente en Chile, la derecha y la izquierda.

Y contrario a lo ocurrido en noviembre de 2021, cuando el izquierdista Gabriel Boric ganó en segunda vuelta la presidencia del país al derechista José Antonio Kast, la derecha ganó 34 de los 51 consejeros que deberán redactar una nueva constitución.

De ellos, veintitrés pertenecen al Partido Republicano liderado por Kast y once al pacto Chile Seguro.

La izquierda oficialista obtuvo dieciséis, un representante mapuche ganó el escaño reservado a los pueblos originarios y la centro izquierda y centro derecha, no obtuvieron un solo consejero.

Tras votar en su ciudad natal de Punta Arenas, al presidente Boric se le ocurrió ir a un parque de juegos infantiles y echarse en un tobogán de plástico, donde quedó atorado y pataleando hasta poder salir.

Situación que muchos analistas comparan con lo que ha sido su gobierno, que no ha respondido a la expectativa generada.

Hace tres años que no he ido a Chile, por lo que escribo de oídas y leídas; como he dicho en otras ocasiones viví ahí muchos años felices con Matías, de los que conservo preciosos recuerdos y muy queridos familiares y amigos y me preocupa lo que allá suceda.

Medios de prácticamente todo el mundo se han referido a la «sorpresa» de que el partido más derechista de Chile y el único opuesto a un nuevo proceso constituyente, resultara triunfador.

Pero me parece que, en ésta la segunda elección con más sufragios de la historia, el resultado era previsible y que ha sido el miedo, lo que ha definido las votaciones a partir de 2019.

Es útil recordar que los gobiernos de la Concertación, salvo el de Ricardo Lagos, se fueron derechizando y resultaron incapaces de proporcionar la salud, educación, vivienda y transporte de calidad, que la gente exigía.

Que durante los veinticuatro años de administraciones de centro izquierda y los ocho del derechista Sebastián Piñera, aumentó en Chile la desigualdad, aunque haya disminuido la pobreza; lo que provocó malestar muy generalizado y los estallidos de octubre de 2019.

Y que el entonces presidente Piñera, calmó el descontento convocando a una nueva constitución «para quitar la de Pinochet».

Falso porque la vigente, y lo será hasta que se apruebe una nueva, es la que lleva la firma de Lagos y a la que bastaría con hacer algunas reformas, imposibles en su época por el veto de la derecha.

Sin embargo, millones de chilenos votaron a favor de una nueva constitución en el referéndum de octubre de 2020 y Piñera dejó el problemón al siguiente presidente; que resultó ser casi de chiripa, Gabriel Boric.

La cosa empezó cuando por miedo a que ganara Daniel Jadue, candidato del Partido Comunista, gente de derecha votó en las primarias izquierdistas por ese dirigente estudiantil que pocos meses antes batallaba para conseguir las quince mil firmas necesarias para inscribir en ellas su candidatura.

Y pese a que él mismo declaró que le faltaban edad, conocimientos y experiencia, fue electo presidente de Chile en parte por el temor de muchos al derechismo de Kast; auto declarado admirador de Pinochet.

Ya en la presidencia, Boric inició el proceso para la nueva constitución que estuvo a cargo de 155 «convencionalistas» electos por solo el 42 por ciento del padrón.

En esa elección, partidos de todas las tendencias fueron borrados en favor de «personalidades» casi desconocidas; la mayoría sin la educación académica y experiencia legal y política, requeridas para esa tarea.

Les resultó un larguísimo texto de más de cuatrocientos artículos llenos de disparates y faltas de ortografía, que daba a los pueblos originarios, -trece por ciento de la población- derechos, atributos y leyes que negaba al 87 por ciento de chilenos.

Ese texto, con algunas correcciones, fue rechazado por más del 61 por ciento de los votantes, en el plebiscito de salida de septiembre de 2022.

Poco después todos los dirigentes políticos, con excepción de Kast, firmaron el Acuerdo por Chile.

Que establecía que una nueva propuesta debía ser redactada por un Consejo Constituyente de 51 integrantes electos en comicios de sufragio obligatorio y trabajaría junto a una Comisión Experta designada por el congreso y formada por doce mujeres y doce hombres de reconocida solvencia y conocimientos.

El borrador se entregará este próximo 21 de octubre para ser revisado por un Consejo Técnico decidido por el Senado y conformado por catorce juristas y será sometido a un plebiscito de voto obligatorio el 26 de noviembre del 2023.

Este domingo 7 de mayo 2023 se cumplió ya con la elección de consejeros, en una votación marcada por alta afluencia que impulsó la indignación y el miedo a la delincuencia, incremento del narcotráfico, inmigración ilegal en el norte del país, tomas y quemas de predios forestales en el sur y agresiones mortales a Carabineros.

Ciudadanos de prácticamente todas las tendencias, sufragaron a favor del «orden» y la mano dura que intuyen en el líder el Partido Republicano.

Ayudado por los errores del gobierno de Boric, Kast logró poder de veto sobre una nueva constitución que, repito, nunca quiso y está pavimentando su camino para la elección presidencial de 2024.

Y Boric reconociendo que el anterior intento fue fallido por responsabilidad de la izquierda extrema, le ha pedido evitar el mismo error y hacer una constitución para todos.

Teresa Gurza
Periodista. Soy mexicana, estudié la carrera de Historia y soy Locutora, Cronista y Comentarista y Licenciada en Periodismo, pero ante todo reportera. Me inicié en televisión en 1970 y fui reportera, conductora y productora de programas noticiosos; reportera de asuntos especiales de los diarios El Día, UnomásUno y La Jornada, y corresponsal en la Unión Soviética, Checoslovaquia y Michoacán. Por razones familiares, mi marido era chileno, viví en Chile más una década. He recibido muchos premios y reconocimientos, entre ellos el Nacional de Periodismo en Reportaje y ahora radico en México y escribo artículos para Periodistas en Español y otros medios.

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