La Fundéu señala que presal, todo junto y sin resalte ni mayúscula, es un neologismo adecuado para referirse a los yacimientos de petróleo que están debajo de una capa de sal.
Este sustantivo se emplea para aludir a los propios yacimientos, a la capa geológica donde se encuentran y al petróleo que se extrae de ellos, como en estas frases tomadas de la prensa: «Los yacimientos presal de Brasil fueron aclamados como uno de los mayores descubrimientos desde los del Mar del Norte», «… la reforma de la legislación para la explotación de los yacimientos petrolíferos marinos en la llamada capa presal eliminó la exclusividad de la empresa…» o «Estamos queriendo entregar el presal a precio de banana a las multinacionales del petróleo».
El término presal, compuesto del prefijo pre y del sustantivo sal, alude a un conjunto de rocas que está debajo, o que aparece después, de una masa de sal en profundidad, es decir, a unas rocas con potencial para la generación y acumulación de petróleo que, en el transcurso del tiempo, se fueron depositando antes de la capa de sal.
Se trata, por tanto, de una voz bien formada que no necesita ser resaltada con comillas ni cursiva, que ha de escribirse con inicial minúscula, por tratarse de un sustantivo común, y sin espacio ni guion: presal, y no pre-sal o pre sal.
La tendencia mayoritaria es, además, mantenerla como invariable en plural (yacimientos presal, capas presal), opción posible si la construcción se entiende como una estructura en aposición. En consecuencia, su empleo en los ejemplos anteriores es adecuado.
En ocasiones, se emplea también la forma presalino, como en «Brasil quizá tenga el doble del crudo presalino que se calculaba en un principio», palabra esta correctamente formada por adicción del sufijo -ino, del que se derivan en español adjetivos a partir de sustantivos que designan minerales y otras materias sólidas, como en cristalino, diamantino o coralino.