El 24 de agosto de 2019 falleció, a los 98 años de edad y en el centro médico de Fountain Hills (Arizona), Sideny Rittenberg, durante la mitad de su vida conocido como Li Dunbai, (una traducción fonética de su nombre), el primer estadounidense que militó en el Partido Comunista Chino.
Desembarcado como soldado en 1945 en Yan’an, provincia de Shaanxi, en China, aliada de Estados Unidos durante la Segunda Guerra Mundial, según la televisión oficial CNTV descubrió allí «un nuevo mundo ideal. El ejército no quitaba comida y ropa a los habitantes locales. Todo el mundo era igual y el sistema era democrático».
Desmovilizado un año más tarde, decidió quedarse en China, se unió a la guerrilla comunista donde conoció a Mao Zedong («Le vi por primera vez el día de mi llegada a Yan’an. Abrí una puerta y allí estaba él, como una imagen saliendo de la historia»), trabajó en una agencia de la ONU para los refugiados, después como profesor de lenguas y traductor en Shanghai, llegó a ser asesor de Mao, tradujo el «Pequeño Libro Rojo» al inglés, cayó en desgracia y pasó la mitad de su exilio en la cárcel. El documental «The Revolutionary» contó su azarosa vida en 2012.
En 1967, ocupó un puesto importante en la jerarquía de la China’s Broadcasting Administration, fue director de Radio Pekín (hoy Radio China Internacional), intervino en mítines oficiales y sus discursos fueron ampliamente difundidos. Según la investigadora neozelandesa Anne-Marie Brady, autora en 1993, con la periodista Amanda Bennett, de una biografía de Rittenberg titulada «The Man Who Stayed Behind», «en 1967, Rittenberg era un importante orador en uno de los mítines más famoso de la Revolución cultural». En el prólogo del libro, el propio Rittenberg admitió haber «tomado el camino del comunismo con la esperanza de crear un mundo nuevo y mejor (…)».
Su primer ingreso en prisión fue en 1949, pasó seis años en aislamiento. «Fue porque Stalin sospechaba que yo era un espía americano y escribió a Mao pidiéndole que me arrestara», contaba Rittenmberg en 2010, en una entrevista grabada en el semanario británico The Economist.
En 1968 fue detenido de nuevo por ser «un contrarrevolucionario» según el semanario The Atlantic, por «crear problemas», según sus propias palabras: «Yo apoyaba a unos jóvenes que se oponían a la dictadura del proletariado».
Consiguió sobrevivir, mejor o peor, durante diez años en las cárceles chinas («Detesto quejarme pero fue muy largo», solía decir). Quedó en libertad en 1977, un año después de la muerte de Mao. Su segunda mujer, Yulin, con la que tuvo cuatro hijos, estuvo internada en un «campo de trabajo». La pareja se marchó definitivamente de China en 1980 y se instaló en estados Unidos.
Una vez en su país, «el antiguo maoísta se puso al paso del sistema capitalista», según el digital francés Slate. Abrió una consultoría, Rittenberg Associates, y acompañó a empresarios facilitando la implantación en China de empresas como Microsoft, Levi Staruss, Polaroid… Los dirigentes chinos actuales le consideraban «un amigo del pueblo chino», dice Anne-Marie Brady. También enseñó historia de China en varias universidades y al final de su vida aseguraba que «Mao fue una de las peores personas de la historia de la humanidad» (Slate).
«The Revolutionary», el largometraje documental sobre la revolución cultural china producido, escrito y dirigido por Irv Drasnin, trata de la «era maoísta» y de cómo el estadounidense Sidney Rittenberg jugó un papel en la política china que no ha tenido ningún otro extranjero. Las relaciones personales de Rittenberg con los dirigentes chinos le valieron una situación excepcional y una larga estancia en la Cárcel Nº 1 de Pekín. Los acontecimientos que ha vivido y cuenta Rittenberg prácticamente han desaparecido de la historia oficial de China.
Irv Drasnin, licenciado en estudios chinos por la Universidad de Harvard, lleva cuarenta años realizando documentales para CBS News y PBS. Entre sus obras más conocidas figuran «China malentendida», «En Busca de Mao» y «China después de Tiananmen». Está en posesión de un Premio DuPont Columbia y de sendos galardones de la Directors Guild y la Writers Guild