“El capital” del veterano director francés de origen griego Constantin Costa Gavras, proyectada en la competición oficial del festival de cine de San Sebastián es una brillante adaptación cinematográfica de la novela homónima de Stephan Osmont.
Con medio siglo de cine a sus espaldas el autor de «Zeta», «Desaparecido», «Estado de sitio», «Amén» entre tantas otras, o mas recientemente «Arcadia», prosigue fiel a si mismo una filmografía repleta de éxitos y un cine de calidad siempre político y comprometido con su época.
Si en «Arcadia» 2005, inventaba una especie de thriller social con un actor como José García mas conocido por su vena cómica, con “El capital» se aventura ahora Gavras en ese género que podemos calificar de thriller financiero, pero con una buena dosis de ironía y ácido humor, utilizando así mismo a contrapelo al actor cómico franco marroquí Gad El Maleh.
Con guión coescrito con Jean Claude Grumberg y Karim Boukercha construye Gavras una denuncia rigurosa y lúdica del mundo del capital financiero en nuestros días, a través de la historia de un lacayo de las finanzas convertido del día a la mañana en Presidente Director General de un importante banco francés.
Un brillante reparto de actores como el irlandés Gabriel Byrne, o los franceses Hypolite Girardot y Natacha Regnier, acompaña esta intriga en la que un grupo financiero americano intenta torpedear la actividad bancaria en Francia, por considerarla insuficientemente rentable.
El personaje de Gad El Maleh es el de un cínico Robin Hood de los ricos que roba a los pobres para repartir dividendos y despide a sus empleados para engrosar los beneficios de sus accionistas. Feroz retrato basado en el personaje novelesco pero muy real y documentado de Marc Tourneuil, descrito por el escritor Stephan Osmont, antiguo militante trotskista y licenciado de la Escuela Nacional de Administración (ENA), que conoce bien el mundo de las finanzas.
Un sistema bancario estrictamente especulativo, paraísos fiscales que evitan pagar impuestos a los más adinerados, despidos bursátiles, blanqueo de dinero, delitos de iniciados, un mundo de voraces tiburones bancarios que se devoran entre sí, un sistema financiero que amenaza las bases mismas de la democracia en nuestras sociedades occidentales, la atracción del ejercicio del poder, el sexo y el poder del dinero, son los temas que desmenuza con tono satírico Costa Gavras, para mejor denunciar esa pasividad general del mundo político que se limita a repetir una y otra vez, pasándose de unos a otros la gestión del poder: «Todo es inevitable, la economía y el dinero son los que deciden de todo».
Es probable que el cine no logre cambiar el mundo o la realidad, pero cineastas como Gavras nos muestran con su perseverante filmografía que el cine puede tener acción y emoción, como decía Samuel Fuller, y al mismo tiempo ayudar a una sana reflexión. Su película me ha hecho pensar en lo que gritaban en la calle los manifestantes en la reciente huelga general este miércoles aquí en Euskalerrria: «No falta trabajo, lo que sobran son ladrones».
Junto con «Blancanieves» de Pablo Berger, y «Dans la maison» de Francois Ozón, «El capital» de Costa Gavras se sitúa en el pelotón de cabeza de las mejores películas que hemos visto hasta ahora en la selección oficial del festival donostiarra.
