Los chivos, las ratas y los perros fueron -en su momento- el mayor riesgo para el ecosistema de las Islas Galápagos, pero ahora existe un nuevo peligro latente y más agresivo para los guardaparques: la planta de la mora, informa Diana Vega (Andes) desde Puerto Ayora, Isla Santa Cruz, Ecuador.
Las Islas Galápagos albergan 7.000 especies de flora y fauna endémicas y nativas, varias de ellas están amenazadas por la especie introducida, que es considerada el peligro más agresivo para la biodiversidad de este paradisiaco escenario.
Esta planta se extiende rápidamente por terrenos húmedos, se reproduce con facilidad y está enraizada en cuatro islas pobladas y una no poblada de Galápagos: San Cristóbal, Isabela, Santa Cruz, Floreana y Santiago.
Los pájaros de la zona comen el fruto de la mora y, por medio de sus heces, transportan la semilla que germina con facilidad, y la riegan por otros terrenos. Durante más de 15 años, los guardaparques han luchado por erradicar esta planta que es considerada una plaga.
Alonso Carrión, Oficial de Conservación del Parque Nacional Galápagos, manifestó a la Agencia Andes que –hace varios años- esta planta fue introducida para fines comerciales. “Se convirtió en plaga porque invade el área agrícola y protegida totalmente”, contó.
Las especies nativas y endémicas son dominadas por la planta de la mora, impide su crecimiento y es más fuerte y agresiva que el resto. Los animales endémicos no logran caminar donde está la mora, por las espinas, y optan por retirarse. “Es más fácil controlar mamíferos que una planta, una semilla es imperceptible”, dijo Carrión.
La Scalesia, por ejemplo, es un árbol en el que anidan los pájaros de la zona como los pinzones. Este está amenazado y constantemente se hacen reforestaciones para que esta planta no desaparezca.
Danny Rueda, Director de Ecosistemas del Parque Nacional Galápagos, manifestó que existen alrededor de 1.500 especies introducidas, pero 40 a 50 de ellas son invasoras. “A estas el Parque le pone mayor énfasis, porque logran cambiar el ecosistema y lo perturban”, manifestó.
Simón Villamar trabaja en los cultivos de erradicación desde hace más de 8 años. “La plaga de la mora es un problema de nunca acabar”, contó. Durante 5 o 6 horas diarias intentan eliminar este problema, junto a un grupo de trabajadores que visitan una y otra vez el mismo lugar.
Señaló a este medio que primero se corta con machete alrededor de 5 hectáreas donde está la planta de la mora. Posterior a esto, se espera un mes y medio el proceso de rebrote y se fumiga con químicos que no atenten con otras plantas.
“Si matas ahorita a la mora, en 20 días nuevamente tendrás semillas que salen por millones, es un proceso muy largo. Luego de las dos fumigadas empieza el proceso de reforestación”, puntualizó.
El Parque Nacional Galápagos intenta por todos los medios conservar el ecosistema de las islas. El caracol africano es otra de las amenazas, pero esta plaga está bajo control.
Introducir una pequeña semilla o un animal resulta muy perjudicial para este particular lugar, por eso se realizan estrictos controles en el ingreso de turistas, como fumigar los equipajes o las cabinas en las que se transportan los visitantes.