Germán Olvera: el difícil mundo del barítono y la gloria de la música

La voz humana es única, y desde remotos tiempos significa un hecho misterioso, puesto al servicio, en algunos casos, de la divinidad. La ópera ha exaltado la voz humana y ha dado supremacía al tenor pero no es el único registro sonoro, el barítono es la voz humana masculina más notable, ubicada entre la tesitura más grave que el tenor y más aguda que la del bajo. Han existido célebres barítonos como Tito Gobbi (1913-1984) reconocido por su famoso I Paggliacci, o Dietrich Fischer-Dies (1929-2012) en su interpretación de la opera Macbeth

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German Olvera

No hay muchos papeles protagónicos para barítono, las operas están enfocadas en la voz del tenor. Generalmente, la tesitura del barítono está relacionada con los personajes de poder, de villanos. Hay distintos tipos de barítonos: el ligero, el buffo, el dramático, el barítono verdiano expresivo, capaz de mantenerse en agudos, o la voz mixta, llamada barítono Martin, cuyo nombre se debe al cantante francés Jean-Blaise Martin, apropiado para la opera francesa. Encontramos el tipo de bajo-barítono, para los héroes épicos wagnerianos. Aún siendo ajustado su nicho en la ópera, el barítono puede crear un estilo que le da un claro reconocimiento dentro del marco operístico.

Para hablar sobre la situación de los jóvenes barítonos latinoamericanos, en el ámbito operístico mundial, nos acercamos al camerino del cantante mexicano Germán Olvera, en el Teatro Real de Madrid. Germán nos habla de su experiencia en México y Europa, del arduo mundo del cantante y de la pasión por la música.

Germán Olvera: Yo no pensaba ser cantante. Iba a la escuela pero el canto era algo natural en mi. No recuerdo cuando comencé a cantar pero en mi casa se cantaba, yo imitaba a mis padres. En la escuela era el primero en el coro y cuando alguien tenía que cantar me elegían porque tenía buena voz. Y yo cantaba. Nunca pensé que sería mi profesión. La cuestión se determina por un hecho familiar. Yo era un adolescente rebelde, me gustaban las artes y el deporte, tuve problemas con mi madre, llegaba tarde a la casa, no iba bien en la escuela, en fin, se enojó y me echo de casa, a los17 años.

Adriana Bianco: ¿Guauu y entonces?

GO: Buscando regresar a casa, hubo un acuerdo y yo acepté lo que fuera por volver a la buena comida y a los mimos. Mi madre me sugirió estudiar canto y continué mi bachillerato y además ingresé en el Conservatorio de Música. Eso fue una revelación para mí. Entrar en el Conservatorio cambió mi vida, descubrí un mundo: historia del arte, música, canto, idiomas, danza, historia de la ópera, teatro, era un descubrimiento tras otro, algo que yo deseaba y no sabía. México tiene muy buenas escuelas, tuve una buena formación, buenos maestros. Esa formación fue fundamental para mí y se la debo a México.

AB: Entonces comenzaste tu carrera de cantante. ¿Dónde actuaste en México?

GO: Hice presentaciones en Sinaloa, en Michoacán y debuté en el Palacio de Bellas Artes de México, en el papel de Escamillo de Carmen.

AB: México tiene una tradición operística que comenzó en el Porfiriato y continúa, hay cantantes de opera mexicanos por el mundo, además es un pueblo muy musical, muy músico…

GO: Es verdad. Yo en México he tenido las mejores escuelas, el Conservatorio Las Rosas donde estudié, me dió una preparación que hasta hoy me acompaña, me aprendo una opera en tres días por la técnica que me enseñaron y veo a compañeros europeos que les lleva semanas. He tenido muy buena base pero… por otro lado, es muy difícil seguir la profesión de cantante en México. Cuentas con la Opera de Bellas Artes, magnífico edificio, y el teatro del Bicentenario que tiene siete años, luego hablamos de teatros que tienen una o dos producciones al año. Con eso, no se puede complacer a los cantantes mexicanos, y como tu dices, con una tradición musical: la estudiantina, la tuna, el mariachi… no hay producciones. La Opera es un arte europeo y lo recibimos en Latinoamérica pero no tenemos el desarrollo y el presupuesto que existe en Europa. Yo me sorprendo de cómo sobrevive la Opera en México, por la pasión musical tal vez

AB: ¿Cuándo resolviste venir a Europa?

GO: Fue en el 2013, cuando hice una audición para Valencia. Para un joven mexicano comprar un billete para Europa no es fácil. En el 2009 me presenté a un concurso de canto, porque mis maestros me aconsejaron. Así, descubrí el panorama nacional con buenos talentos y tuve que esforzarme bastante para competir, tenía 24 años. Continúe haciendo concursos y fui aprendiendo sobre la marcha. Un año gané todos los concursos y conseguí el dinero para el viaje. Audicioné en Chicago y después en Valencia. Me aceptaron en Valencia y vine a España con una beca, sueldo mensual y un trabajo, porque las producciones que tuve en Valencia ya eran profesionales, estaba en la Academia de Perfeccionamiento del maestro Plácido Domingo y teníamos audiciones para la sala principal en donde alternabamos con grandes cantantes. Tuve la fortuna de estar en cinco o seis producciones importantes y a partir de allí, encontré una agencia, pude hacer el disco con Andrea Bocelli, y empecé mi carrera en Europa. Canté en el Palau de les Arts de Valencia, Turandot de Puccini, bajo la batuta de Zubin Mehta, y Manon Lescaut de Puccini bajo la batuta de Plácido Domingo.

AB: Hiciste zarzuela. ¿Cuál es la diferencia para un cantante, entre la ópera y la zarzuela?

GO: La ópera exige más, porque se canta en italiano, luego hay un repertorio diverso en épocas y situaciones. La zarzuela es en español, los temas son generalmente españoles, como cuadros de costumbres, es más ligera desde el punto de vista musical. La zarzuela es interesante para un barítono joven, nos da soltura, agilidad interpretativa.

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Adriana Bianco: Germán Olvera en un ensayo previo al estreno de Bomarzo en el Teatro Real de Madrid

AB: Has interpretado recientemente el papel de Girolamo, el hermano del Conde Orsini, en la opera Bomarzo[1] de Ginastera. Te desnudas frente al público, en la escena donde el jóven se baña en el rio Tiber y la interpretas muy naturalmente, luego va increscendo el drama y mueres desnudo en escena. Eres el primer desnudo masculino en la tradición operística.

GO: Si es cierto, no hay otro antecedente. La escena es natural pero termina en tragedia. Es un texto difícil, la música de Ginastera es muy exigente vocalmente, para mi, fue un verdadero desafío interpretar ese papel.

AB: ¿Qué significa para un barítono latino actuar en el Teatro Real de Madrid, un teatro con tanto prestigio mundial?

GO: Es una gran oportunidad y un privilegio trabajar en un teatro tan importante, con ese escenario imponente, junto a un equipo internacional, de grandes profesionales, con una puesta en escena diferente, y con un maestro de música, David Afkham, que nos ha acompañado, con una partitura tan difícil como Bomarzo. Cantar en el Teatro Real es una experiencia maravillosa.

AB: ¿Cuál es el sueño de un barítono?

GO: Cantar y alcanzar los grandes papeles, Rigoletto, Yago, en Otelo. Cada edad tiene su rol, cuando eres joven puedes interpretar Mozart, algo más de acuerdo a tu experiencia, a tu voz. Luego con los años puedes interpretar otros roles, van madurando tus aspectos vocales e interpretativos. Cada papel es diferente, cada opera es un mundo de nuevos retos. Hay todo un proceso, un barítono no se improvisa. Todo requiere estudio, compenetración, entrega.

AB: ¿Como definirías la carrera de cantante?

GO: Es una carrera difícil pero apasionante. La música tiene una fuerza y una gran espiritualidad. Cuando estás en el escenario, ese momento de tensión con el público es único, es irremplazable. Yo he llorado en escena, aunque sé que debes controlar que no se quiebre la voz, que la emoción no te embargue.

El canto es una carrera de pasión y cada personaje algo nuevo. Cuando termino Bomarzo, voy a Israel a cantar Turandot, totalmente distinto. El próximo año, interpreto Die Soldaten de Eisenhardt, nuevamente en el Teatro Real de Madrid, en alemán, voy a tener que concentrarme mucho porque cantar en español es natural pero en otra lengua es más esforzado.

Uno supera todo porque vivir la música, sentirla y cantar es un viaje maravilloso de tu mente, tu cuerpo y tu espíritu.

Enlaces:

Bomarzo: bello monstruo operístico entre la inmortalidad y la condición humana

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