El sello IBS presentó en Madrid, el 30 de enero de 2017, el álbum ‘Granados Songs. Integral’, que contiene las 40 canciones compuestas por Enrique Granados, una de las cuales, en italiano, fue descubierta el año pasado.
En el acto de presentación, conducido en La Quinta de Mahler por Aurelio Viribay, pianista y musicólogo, contó con la presencia de dos de los intérpretes del disco, la mezzosoprano Carol García y el pianista Rubén Fernández Aguirre, quienes al finalizar el acto interpretaron en directo dos de las canciones del disco tituladas Canço d’amor y Yo no tengo quien me llore, tal como fueron compuestas por Granados, en catalán y en español.
Aurelio Viribay glosó minuciosamente los diferentes apartados del disco que,según explicó, es muy ecléctico sin dejar de ser por ello muy particular, ya que sus canciones no se parecen en nada las unas a las otras, cada una es distinta de las demás. Además, las 40 canciones (divididas en tonadillas, canciones amatorias y canciones españolas y catalanas) tienen la gracia de que lo mismo pueden ser interpretas ante un público minoritario (de salón privado) como para el gran público de las salas de conciertos, siendo Granados el primero en sacar la canción de un espacio pequeño e íntimo para adaptarla a otros más grandes y mundanos, aptos para públicos mucho más numerosos.
Buena prueba de ello fue que al día siguiente de esta presentación, el 31 de enero actuaban ambos intérpretes, la cantante Carol García y el pianista Rubén Fernández Aguirre, en el Ambigú del Teatro de La Zarzuela, en un concierto titulado «Canción catalana» dentro del programa general Notas del Ambigú, y de nuevo allí interpretaron canciones de Granados, junto a otras de Ortega y Toldrà, y curiosamente en la rueda previa al evento en La Zarzuela, Rubén Fernández afirmó que sin lugar a dudas el mejor compositor de canciones «de España» era Toldrá, porque «oyéndolas, tienes el mar, tienes el ambiente, tienes todo un contexto, es perfecto». Y esto, dicho por alguien que acaba de grabar de manera absolutamente entregada la integral de las de Granados, es y puede parecer chocante, como él mismo reconoció, pero a cada uno lo suyo. Por lo demás, los tres compositores «respiran el mismo ambiente, beben de las mismas fuentes», afirmó el pianista.
Rubén Fernández, quien acaba de actuar como pianista y director musical de Le cinesi, juguete operístico que supuso otra recuperación histórica del patrimonio español en la figura del músico sevillano del XVIII Manuel García, evento que tuvo lugar el pasado mes de enero en la Fundación Juan March, auspiciado también por Teatro de La Zarzuela, es el pianista habitual de Ainoa Arteta y otras figuras de talla.
Carol García, quien triunfa con la Charlotte de Werther, en el Liceo de Barcelona (ciudad donde se presentó este disco en diciembre de 2016, destaca que una de las ventajas de la canción sobre la ópera es que se pueden alterar ciertas notas para adaptarlas a la tesitura del intérprete, cosa absolutamente impensable en una ópera, siendo no obstante la mayor diferencia que en la canción el intérprete está solo y sin ropajes ni protección que amortigüen el impacto sobre los oyentes, mientras que en la ópera, se siente más protegido por una estructura que actúa como envoltura superior en la que moverse.