Unas piezas de ajedrez únicas e inusuales con un carácter excepcional, fueron descubiertas durante los trabajos de adaptación del bloque 8 del antiguo campo de exterminio nazi de Auschwitz I, al sur de Polonia. Durante los trabajos de renovación, los operarios tropezaron con piezas dibujadas a mano enterradas debajo de uno de los edificios del campo.
Estas labores vienen motivadas por una nueva exposición del Museo en el antiguo campo, encontrándose las piezas de forma inesperada debajo de las tablas del primer piso del bloque 8.
En total son 35 cajas de cartón de distintos tamaños, cada una de las cuales contiene piezas de ajedrez hechas a mano, cuidadosamente dibujadas y escondidas por los prisioneros que, supuestamente, buscaban una actividad normalizada en un lugar sinónimo de muerte y sufrimiento.
La directora de colecciones del Museo, Elzbieta Cajzer, destacó la importancia de estos trebejos: ″Algunos dibujos pueden estar algo borrosos pero las imágenes de torres, peones, alfiles o caballos todavía se distinguen fácilmente. Sin embargo el conjunto está incompleto y algunas cajas ya no tienen rastros del dibujo. Nuestra evaluación muestra que los objetos están en buen estado de conservación. Ahora serán sometidos a un tratamiento conservador”.
El nuevo hallazgo se suma a una colección que ya contiene dos juegos de piezas de ajedrez en miniatura de madera, figuras hechas con pan y tableros dibujados a mano.
Cajzer resaltó además la esencia funcional de estas piezas de ajedrez señalando que fueron descubiertas ″y son únicas porque fueron elaboradas a partir de cartón prefabricado de una manera relativamente primitiva. Suponemos que la atención no se centró en las cualidades estéticas sino en la funcionalidad, la fácil portabilidad y rápido ocultamiento”.
Por su parte, Magdalena Urbaniak, miembro del equipo de la nueva exposición, compartió la visión sobre las piezas. ″En la vitrina que hemos llamado hora de la tarde, caben tarjetas con imágenes de piezas de ajedrez. Nuestro tema girará en torno al breve tiempo libre de los prisioneros entre el pase de lista de la tarde y la declaración del toque de queda… ayudan a comprender la abrumadora necesidad de escapar de la dura realidad del campo”.
Un superviviente del campo de concentración, Jan Dziopek trabajaba como almacenista en la carpintería del campo, donde recuerda que elaboraba piezas y cajas de ajedrez.
En el Museo del Holocausto de Jerusalén también se exhiben piezas y tableros de ajedrez de la época de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945) procedentes de campos de concentración.
Película y libros
Precisamente la cadena pública polaca Telewizja Polska (TVP) presentó el pasado febrero el largometraje ‘Juegos destrozados’ (‘Shattered Games’ en inglés) que recorre la historia nacional del denominado Equipo de Oro polaco que ganó la Olimpiada de ajedrez en Hamburgo en 1930, y fue calificado por la prensa alemana de entonces como la Bombenmannschaft (Equipo Bombardero).
La Segunda Guerra Mundial con la invasión nazi de Polonia provocó la desaparición de esa generación dorada del ajedrez, unos fueron asesinados y la mayoría partió al exilio siendo acogidos en otros países a los que representaron posteriormente.
La película se centra en el líder del equipo en Hamburgo, Akiba Rubinstein (1880-1961), aunque sin olvidar al padre del ajedrez polaco, asesinado por los nazis, David Przepiórka (1880-1940), además de Savielly Tartakower (1887-1956), creador de la apertura catalana y que luchó en la resistencia francesa contra los nazis y Paulin Frydman (1905-1982) posteriormente exiliado y acogido en Argentina.
Los dos únicos que se mantuvieron en Polonia hasta su muerte fueron Kazimierz Makarczyk (1901-1972) que estaba de jugador reserva, estuvo en el levantamiento de Varsovia y liberado de un campo cerca de Dresde y un joven Marian Wróbel (1907-1960) que acompañaba a Przepiórka y lo acogió en su casa tras la invasión nazi, además de estar en la reunión en que fue detenido por la Gestapo.
Aunque el film cita a Miguel Najdorf (1910-1997), icono del ajedrez argentino, país que le acogió, lo cierto es que no participó con el equipo polaco en la Olimpiada de 1930.
Los interiores fueron rodados en los interiores de palacios históricos de antes de la guerra y casas adosadas de Polonia, mientras que el sanatorio mental al que Rubinstein fue enviado se filmó en el interior del castillo en Moszna, donde desde 1972 se convierte en sanatorio y ahora opera como centro de tratamiento de neurosis. La película fue dirigida por Marek Bukowski.
En este recorrido no puede faltar la alusión a esas obras literarias que han puesto de moda el ajedrez y Auschwitz, como ‘La partida final’ del inglés John Donaghue (Planeta, 2022) reconvertida en su nueva edición de 2023 con el título ‘El ajedrecista de Auschwitz’.
Otra reciente es ‘La chica que jugaba al ajedrez en Auschwitz’ de la estadounidense Gabriella Saab (Newton Compton Editores, 2023) y que, aprovechando el tirón mediático de la mujer en el ajedrez, da el protagonismo a un personaje femenino, María Florkowska.
