John le Carré (1931-2020): espía, escritor y hombre de su tiempo

David Cornwell, el verdadero nombre de John Le Carré, nació en Poole, Inglaterra, el 19 de octubre de 1931 y murió de cáncer junto a su familia, 12 de diciembre del 2020, en Cornualles.

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John le Carré

El escritor inglés fue maestro de la novela de espionaje, crítico del mundo de la Guerra Fría y del los entresijos de los servicios secretos, creador de las famosas novelas de suspense: Llamada para el muerto (1961), El espía que surgió del frío (1963), El topo (1974), La chica del tambor (1983) El jardinero fiel (2001), El legado de los espías (2017). Fue testigo y participó de los eventos del Siglo Veinte y su vida fue tan apasionante como sus novelas.

No alcancé a visitarlo en su chalé de Suiza, pero si supe de su amor por el país de los Alpes y sus historias. Él mismo reconoció que su vida fue fascinante, que su padre entraba y salía de la cárcel por estafa y que perdió a su madre a los cinco años, y entonces, deambulaba por los internados que eran «su familia».

Sin embargo, con esos antecedentes logró estudiar en Oxford y en la Universidad de Berna y fue profesor en el prestigioso Colegio Eton, donde estudian los reyes y la nobleza, pero la élite lo cansó y prefirió tentar suerte en el Servicio de Inteligencia británico.

«Estuve del lado de la seguridad, protegiendo a mi país». Así lo declara en una de sus últimas entrevistas. Trabajó para en M15, el Servicio de inteligencia interna. Mientras cumplía sus deberes comenzó a escribir y al publicar El espía que surgió del frío, encontró el camino de su libertad profesional.

Nadie en su familia sabía que era agente secreto; el serlo, le valió de una gran aureola como escritor, con conocimientos de las interioridades de la agencia secreta, lo cual le permitió, al escribir novela de espionaje, otra perspectiva, bastante crítica.

Como buen inglés, nunca perdió el sentido del humor, tampoco quiso recibir premios porque consideraba que escribir no era una carrera de caballos. Tal vez, los mejores premios fueron los éxitos de ventas y las versiones de sus obras en televisión y cine.

En su vida de escritor pudo moverse con libertad pero con una mirada diferente, de conocedor del oficio, que volcó en sus libros. Según él mismo reveló escribía a mano y su esposa Jane le pasaba los textos.

En su vida azarosa llegó a la Camboya desgarrada por la Guerra, celebra una Nochebuena con Yasir Arafat, se encuentra en Beirut cuando la invasión Israelí, estuvo en Berlín después de la caída del Muro, pasó por Rusia en momentos de tensión, vio en Ruanda el genocidio y, en ocasiones, se reunió con jefes y colegas de la KGB. Observador y crítico, buscó el sentido humano de la realidad que le tocó vivir.

La novela de espionaje tiene larga tradición, surge cuando la Primera Guerra Mundial, se la considera una rama menor de la literatura aunque, ahora el género tiene otra significación. Su característica fundamental: los secretos y los espías, en un marco de la geopolítica moderna o actual, bordea los aspectos documentales, históricos, de suspense y policial.

Dentro del género encontramos las novelas de espionaje-aventura de la serie James Bond, y otras realistas, críticas que describen la traición y la lealtad, el patriotismo y el escepticismo; los argumentos suelen abarcar chantaje, soborno, sabotaje y agentes dobles o topos. Intervienen los servicios de inteligencia de Rusia, el M15 y M16 de los británicos, la CIA, la KGB.

Cuenta con escritores notables que abordaron el tema: James Fenimore Cooper escribe El espía en 1821 y promueve el género, lo continúan Balzac, Joseph Conrad, Chesterton, William Le Queux quien fue muy famoso. Con la Segunda Guerra mundial aparece el nombre de Compton Mackenzie y otros.

Durante la Guerra Fría se impone este tipo de novela con Graham Greene, vinculado al oficio, y muy reconocido. Luego aparece John Le Carré y Len Deigthon, entre otros de origen estadounidense como Donald Hamilton y Norman Mailer, que refuerzan la trama con un carácter crítico y social.

En el siglo veintiuno, hay un auge en España de la novela de espionaje: La voz del pasado (2010) de Fernando Rueda, El tiempo entre costuras (2009) de María Dueñas y la lista continúa porque hay más de veinte escritores dedicados al género.

John Le Carré no estaba solo en este mundo literario de espías, pero le imprimió su sello, un estilo minimalista no exento de humor e ironía, con temas variados: primero la Guerra fría, después los temas de Occidente: tráfico de armas, corrupción farmacéutica y bancaria, las multinacionales.

En su libro Volar en círculos aborda la crónica autobiográfica, nos cuenta cómo se enamoró de los Alpes suizos y de la cultura alemana; Thomas Mann, Herman Hesse y Goethe lo cautivaron. Gracias a los hoteleros de Oberland, que le permitieron la construcción de su chalé, veía las cumbres de Eiger y el Jungfrau.

La región fue visitada por el músico Mendelsohn, Goethe y Byron y ahora Le Carré corona el lugar diciendo: «El chaleé ocupa en mis ochenta y cuatro años de vida un lugar desproporcionado para su tamaño». En realidad, su casa, se convirtió en un encuentro de celebridades, lo visitó Sidney Pollack, director de Tootsie y Memorias de África, para trabajar sobre un guión. También Robert Redfort, quien buscaba escenarios para su film El descenso de la muerte.

El escritor entabla un vínculo beneficioso con el cine. Su libro El espía que surgió del frío se filmó nada menos que con Richard Burton en 1965; por razones de incompatibilidad entre actor y director, Le Carré tuvo que estar en el rodaje y así surgió una amistad con el gran Burton.

Otro gran actor, Anthony Hopkins, interpretó El espejo de los espías, dirigida por Frank Pierson en 1969. La chica del tambor fue un éxito en 1984, con Diana Keaton. La casa de Rusia tuvo como protagonista Sean Connery. Pero su gran éxito cinematográfico fue El sastre de Panamá en 2001, con Pierce Brosnan.

Justamente Le Carré cuenta que conoció Panamá, gracias a su novela El infiltrado y a esta película, donde trabajó en el guión. Una de sus últimas incursiones en cine fue con su novela, Un traidor como los nuestros, dirigida por la cineasta Susanna White, en 2016. Se llevaron a cabo adaptaciones para televisión, La gente de Smiley, adaptada por la BBC en 1987, con Alec Guinness y El infiltrado, filmada por la BBC, en 2016.

Dejó su última novela: Amigos absolutos, sobre dos exespías, un alemán y un inglés, que desean un mundo mejor pero sienten el desvanecimiento de los ideales y de la democracia. Tal vez la veamos pronto en las plataformas de internet.

Este agente del servicio secreto británico terminó siendo escritor de secretos y suspenses, y aunque su vida haya sido de película y haya transitado la historia moderna viviendo acontecimientos singulares de su tiempo, no dejó de escribir y contarnos historias, afirmando su vocación literaria.

Es, ya, un clásico. En sus últimos momentos, puesto que su vida había sido plena, esperaba la muerte sin demasiados sobresaltos. Lo extrañaremos. Nos quedan sus libros, su vago escepticismo y su humor: «Un buen escritor no es experto en nada salvo en sí mismo. Y sobre ese tema, si es listo, cierra la boca»

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