Miguel Ángel Cilleros[1]
El macrosector de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) es una parte importantísima para el empleo en España. En el año 2016, el sector TIC empleaba de forma directa a casi 450 000 personas en este país, un 2,45 % del total del empleo.
Miguel Ángel CillerosUna de las principales características del empleo en el sector TIC es el alto nivel de cualificación de los profesionales demandados por las empresas. Mientras en el conjunto nacional la categoría de técnicos ha recibido el 41 % de las ofertas de empleo en 2017; los técnicos en el sector TIC han aglutinado el 63 % de las ofertas, veinte puntos porcentuales por encima de la media española.
Sin embargo, la progresión de este empleo en España no está siendo buena: la pérdida de empleo tecnológico acumula un 7 % desde 2015 y sólo un 22,5 % de las empresas imparte formación TIC a sus trabajadores. Algo que se agrava en las pequeñas y medianas empresas: sólo un 3 % contrata a especialistas digitales y únicamente imparten formación digital un 2 % de ellas. Además, el empleo TIC está profundamente masculinizado: sólo el 9,6 % de las empresas emplean mujeres especialistas TIC, un punto menos que en 2017. Encontrar empresas con paridad en este tipo de empleo digital es casi imposible: tan solo un 6 % tienen plantillas TIC con equilibrio entre hombre y mujeres.
El sector TIC es fundamental para el desarrollo de la economía del presente y del futuro. Se trata de un sector estratégico y transversal que influye directamente en el resto de sectores de la economía españolas.
Y también en este caso, el progreso de la digitalización en este país no es el adecuado: en los principales indicadores del mundo, España no está a la altura de su potencial económico. Por ejemplo, a pesar de ser la cuarta economía de la Unión Europea, está en el puesto 10º en digitalización en Europa. A nivel global, cuando ostentamos la 13ª posición por PIB, nos situamos en el puesto 35º del mundo en desarrollo digital.
Una regulación del siglo pasado
Lamentablemente, España continúa sin aprovechar la oportunidad digital y la adopción de las nuevas tecnologías se estanca mientras que el resto de naciones avanzan a paso firme. Para la Unión General de Trabajadores esta situación es fruto de una regulación ineficiente, obsoleta e inadecuada.
No se puede regular las tecnologías digitales del siglo XXI con reglas del siglo XX. No es posible que, mientras la sociedad y la tecnología avanza a pasos agigantados, la regulación siga con una mentalidad de otra época, del periodo digital que, tanto empresa como ciudadanos, han dejado atrás. No es posible seguir manteniendo una regulación que penaliza a las empresas creadoras de empleo en el sector de las telecomunicaciones: empleo de calidad, tecnológico, que el regulador no protege porque sigue anclado en un pasado analógico.
Por todo ello, es imprescindible debatir sobre el futuro de nuestra economía en este proceso de digitalización y cómo ajustar la regulación a los nuevos tiempos.
- Miguel Ángel Cilleros, secretario general de FeSMC-UGT