La Federación Europea de Periodistas (FEP) apoya que los creadores españoles puedan cobrar la jubilación y sus derechos de autor, en una resolución aprobada en su Asamblea General Anual a propuesta de nuestro colega Paco Audije, con el respaldo de la FAPE y de la Federación de Sindicatos de Periodistas (FeSP).
Según este acuerdo, la Asamblea General de la Federación Europea de Periodistas (FEP) instruye al Comité Director (Steering Committee) para que apoye los llamamientos a favor de la derogación en España del Real Decreto 5/2013, con el que se pretende obligar a los artistas jubilados, a los creadores intelectuales y escritores, a que renuncien a su jubilación y a los correspondientes beneficios por estar retirados, si desean mantener su actividad intelectual.
La Asamblea cree que no es justo exigir a los periodistas, fotógrafos y escritores que renuncien completamente a actividades tales como escribir libros y artículos periodísticos o que dejen de participar en conferencias o debates universitarios y apoya su derecho a recibir su pensión completa y cualquier otro beneficio de jubilación, sencillamente porque cotizaron al sistema de seguridad social durante años, independientemente de la posible prolongación de sus actividades intelectuales.
La resolución aprobada destaca, además, las enormes consecuencias negativas que el mencionado Decreto produce en las actividades culturales de España y el resto del mundo hispano-hablante.
El Real Decreto 5/2013 considera que escritores, periodistas, fotógrafos y diseñadores, así como otros creadores en activo, pueden perder sus beneficios legales por jubilación y sus pensiones si cobran más por dichas actividades profesionales que lo que representa el salario mínimo, que en España es de 734 euros al mes.
El Centro Español de Derechos Reprográficos (Cedro) también ha reclamado una reforma «urgente y clara» de la ley de la Seguridad Social para que los escritores jubilados puedan hacer compatible su pensión con los derechos de creación.
La directora de Cedro, Magdalena Vinent, ha destacado que «el colectivo de escritores es el más débil, ya que los que viven sus derechos son muy pocos, porque lo complementan con columnas, bolos» y otras modalidades.
