En el marco del programa cultural 2016 Odiseas Contemporáneas, el Instituto Francés de Madrid ha puesto en escena una de las obras más críticas de la dramaturga española Angélica Liddell, quizá la que representa la mayor de las odiseas humanas actuales: Y los peces salieron a combatir a los hombres, una historia real basada en la tragedia de los africanos que tratan de llegar a las costas españolas en patera, convirtiendo tantas veces al Mar Mediterráneo en una fosa común de miles, decenas o centenas de miles de negros pobres, que acaban siendo alimento de peces hasta que éstos “llegan a tener mirada humana”.
La obra se representó en francés, traducida por Christilla Vasserot, bajo la dirección y puesta en escena de Anne Frédérique Bourget; una puesta en escena tan minimalista como eficaz. Un escenario oscuro y diáfano, enormes sábanas de plástico que representan el movimiento de las ondas marinas, a veces envolventes para los dos actores, Arnaud Agnet, y Adrien Mauduit, uno como el Señor Puta, (M. La Pute) una metáfora del capitalismo despiadado y otro como la voz de la conciencia, o la voz de los muertos, o la voz de las víctimas del capitalismo, a veces como un turista en una playa. Hay un tercer actor fundamental, Alexis Sébileau, el percusionista que acentúa con sus tambores los momentos más dramáticos y todos los movimientos como de ballet, realmente asombrosos de los dos actores.
Hay que añadir que la obra se representó en territorio diplomático francés y por eso la hemos visto en Madrid, ya que a finales de 2014 la autora decidió no volver a representar su obra en suelo español, para así expresar su descontento por el tratamiento recibido. Y eso que la internacionalmente reconocida escritora, directora de escena y actriz Angélica Lidell, ha representado muchas veces en España a lo largo de varios años y ha sido premiada en su país en varias ocasiones: Premio Ciudad de Alcorcón por Greta quiere suicidarse, Premio Dramaturgia Innovadora Casa de América 2003 por Nubila Wahlheim, Premio SGAE de Teatro 2004 por Mi relación con la comida, Premio Ojo Crítico Segundo Milenio 2005 en reconocimiento a su trayectoria, Premio Notodo del Público al mejor espectáculo 2007 por Perro muerto en tintorería, Premio Valle Inclán de Teatro 2007 por El año de Ricardo, Premio Nacional de Literatura Dramática 2012 por La casa de la fuerza, entre otros. Tuvo compañía propia en 1993, Atra Bilis creada junto a Gumersindo Puche; sus obras han sido representadas en festivales de teatro. Fuera de España, su teatro se ha representado en numerosos países de Europa y de América. Pero de momento, está enfadada con España.
Angélica es desde los tiempos de sus escritos infantiles, una rupturista, transgresora, políticamente incorrecta sin límite, en otras palabras, dice las verdades, de forma directa, brutal, dando tremendos aldabonazos en las conciencias de quienes no tienen conciencia, pero algo quedará, quizá, alguna vez. Aquí, en occidente, hasta los que creen sinceramente tener una conciencia contra la crueldad y ceguera del sistema, viven muy bien en el sistema. Angélica Liddell, (apellido artístico que tomó de la Alicia de Lewis Carroll) es quizá al siglo XX/XXI lo que el Ubu Rey de Alfred Jarry significó en términos de conciencia a finales del siglo XIX. Angélica se inspira de algún modo en la crítica social no por más sutil menos feroz de García Lorca, o en Francisco Nieva y su Teatro en Libertad , Fernando Arrabal y su Teatro Pánico. Todos ellos tienen algo en común: la denuncia sin ambages de una sociedad injusta que pretende inútilmente practicar la justicia social, pero la injusticia crece y crece porque la ceguera de la sociedad ante el drama también crece. Y Los peces se pusieron a combatir a los hombres, es muestra fehaciente, del aumento año a año del número de desesperados que por querer una vida mejor se dejan la vida en el empeño. La obra se estrenó en París en 2003, se representó en el Festival OFF de Avignon en 2015. Y ahora en Madrid, -en suelo diplomático francés- para inaugurar el programa de actividades culturales 2016 del Instituto, Odiseas Contemporáneas, con quizá la mayor de las odiseas contemporáneas.
Para los que no conocen la obra, se encuentra fácilmente en Internet. Aunque no es lo mismo leerla que verla representada con pasión. Pero algo es mejor que nada.