La tecnología del ADN ayuda a resolver litigios en los tribunales

El trabajo en los tribunales cuenta con cada vez más fórmulas para resolver los complejos casos a los que se enfrentan jueces, fiscales y abogados. La tecnología se ha convertido en la gran esperanza para el sector: el desarrollo de distintas disciplinas como la tecnología del ADN es esencial para resolver con seguridad muchos conflictos.

El uso de la prueba de paternidad, por ejemplo, es cada vez más utilizada en escenarios como demandas de divorcio. Y es un tipo de evidencia científica que no se apoya en supuestos, testimonios o cualquier otra circunstancia que pueda dejar lugar a dudas.

Porque cuando la tecnología y la ciencia entran en juego, se habla de porcentajes de seguridad superiores al 99,9 por ciento. De esta manera, la prueba de ADN con validez judicial es una realidad a la que se suman con más frecuencia los abogados, ya que puede marcar la diferencia entre una sentencia dudosa y una completamente clara.

La prueba de ADN se acepta como prueba biológica en los tribunales

Desde hace ya algunos años, la comunidad científica ha avalado la fiabilidad de las pruebas biológicas como parte del expediente aportado por la defensa o la acusación en un caso. Agresiones sexuales, demandas de paternidad, presencia de un individuo en el escenario de un crimen… Son muchos los usos que se le puede dar al ADN en el sector legal, y que están completamente aceptados como prueba biológica en los tribunales.

La realidad biológica que se determina en la prueba prima sobre el resto de pruebas

Ese alto porcentaje de fiabilidad del que se habla, y que solo puede aportar el trabajo sistemático de los profesionales científicos en genética forense, hace que las pruebas de ADN sean muy apreciadas por los jueces debido a que no ofrecen dudas.

¿Cuál es la consecuencia directa de esto? El hecho de aportar una prueba de ADN en un litigio hace que las consecuencias de dicho informe primen sobre cualquier otro tipo de evidencia.

Un ejemplo: una persona puede contar con testigos de que no estuvo en cierto lugar. Sin embargo, si se aporta una prueba de ADN en la que se indica lo contrario, el juez invalidará los testimonios y se quedará con lo desvelado por la realidad biológica.

Usos de las pruebas de ADN

Las pruebas de ADN, como se ha podido ver, se utilizan en distintos escenarios. De hecho, son cada vez más las opciones que hay para aportar estas evidencias, que pueden dar un inesperado giro de guion a cualquier caso judicial, bien sea civil o penal.

Demanda de paternidad

Quizá el uso más habitual del ADN en sede judicial es la prueba de paternidad. Muchas familias demandan esta evidencia para demostrar que una persona es padre o madre de otra y, por tanto, debe hacerse responsable de ella.

Impugnación de paternidad

El caso contrario también se da de manera muy habitual. En este sentido, lo que se busca es demostrar justo lo opuesto; esto es: que la persona que figura como padre o madre legal de otra en realidad no lo es desde el punto de vista bilógico.

Las repercusiones directas son la retirada de cualquier responsabilidad sobre la supuesta descendencia.

Herencias

En el caso de herencias, algunas personas acuden a la sede judicial para solicitar una prueba de ADN que certifique formar parte de una familia y, por tanto, entrar en el reparto obligatorio que la ley marca para las herencias.

Agresiones físicas

En otro orden de cosas, las agresiones físicas se resuelven mejor con pruebas de ADN. Los forenses suelen recoger pruebas como tejido epitelial, restos de semen o similares para aportarlos en el juicio y demostrar quién es la persona que atacó a la supuesta víctima.

Estos son los usos más frecuentes de las pruebas biológicas de parenesco en el ámbito judicial. Una tecnología cada vez más avanzada y que se ha convertido en la principal aliada de abogados, víctimas, presuntos culpables y jueces.