Ni mujer presbítero ni mujer obispo. Presbítera. Obispa. Normal; obispa es a obispo como jueza es a juez, cocinera a cocinero o redactora a redactor. La Fundación del Español Urgente ya publicó hace ahora dos años, el 15 de julio de 2010*, esta “Recomendación urgente del día”: “En español es mejor escribir ‘obispa’ que ‘mujer obispo’”. Recomendaba que se prefiera obispa como femenino de obispo “aunque esta forma carezca de tradición en el mundo católico».
Bien por Fundéu. Este organismo de referencia para la consulta de usos y dudas del español actual apoyaba la recomendación en esta cita del lingüista José Martínez de Sousa: “En otras religiones existen mujeres consagradas a las que se da el nombre de obispa, palabra en principio correcta aunque de momento no tenga aplicación en la Iglesia católica”.
Ahí estamos. Hay más religiones que la católica y más iglesias que la de Roma.
De aquella recomendación de Fundéu de usar obispa nos hicimos eco en Periodistas en Español y paren ustedes de contar.
Siempre en verano, al año siguiente, 2011, volvía a salir a la palestra la palabra obispa. El 5 de junio publicábamos la noticia de la ordenación de Beatriz López Albuin, pastora de la Iglesia Santidad Pentecostal de Cuba, como la primera obispa de esta denominación en el mundo.
Cinco días después saltaba a las noticias de nuevo la palabra obispa, esta vez con el prefijo ex. En la información que el 10 de junio publicábamos sobre el Kirchentag la celebración masiva del “festival de fe” de la Iglesia Evangélica Alemana (EKD en sus siglas en alemán, Evangelische Kirche Deutschlands), destacábamos el hecho de que Margot Kässmann, autora de éxito y la autoridad eclesiástica más famosa de la EKD, ahora exobispa, pudo “redimirse” del incidente que la obligó en fechas recientes a dimitir de sus cargos en la Iglesia Evangélica Alemana tras ser sorprendida la noche del 20 de febrero de 2010 saltándose un semáforo en rojo cuando conducía con dos copas de más por las calles de Hanóver.
Al hacerse pública la tasa de 1,54 gramos/litro de alcohol en sangre y la pertinente retirada temporal del carné de conducir, Kässmann renunció a su cargo de obispa de la región de Hanóver y también a la presidencia del Consejo de la EKD. Pero quizá por aquello de que el arrepentimiento despierta simpatías, tal vez unido al refrán que dice que las chicas buenas van al cielo y las malas a todas partes, lo cierto es que la exobispa vuelve a estar en el candelero tras su nombramiento como flamante embajadora de la Iglesia Evangélica Alemana para el V Centenario de las 95 Tesis de Martín Lutero en 2017.
Este verano*, para seguir la costumbre, las obispas vuelven a generar titulares de prensa, pero no en femenino, sino con la fórmula masculina más ostensiblemente machista: como “mujer obispo”. Y he ahí que Fundéu vuelve de nuevo a salir a la palestra con el recordatorio de que se escriba y diga obispa en vez de mujer obispo. De nuevo recogemos la recomendación en Periodistas en Español, al tiempo que recordamos que venimos recomendando el uso de obispa en repetidas ocasiones.
En esta ocasión, el nuevo recordatorio de Fundéu surge de la noticia del aplazamiento por parte de la Iglesia de Inglaterra del debate sobre la ordenación de “mujeres obispo” -“obispas”, corrige Fundéu-. La ilustración no puede ser más significativa: una fotografía de Matthew Cavanaugh distribuida por Efe en la que puede verse a Katherine Jefferts Schori, doctora en Oceanografía quien después de una exitosa carrera como científica inició una no menos brillante carrera como clériga que culminó en 2008 con el nombramiento como obispa primada o presidente de la Iglesia Episcopal -que no “episcopaliana”- de Estados Unidos.
Por último, otra coincidencia en el tiempo y el espacio, siempre en verano: el pasado 1 de julio Carlos López Lozano, obispo de la Iglesia Española Reformada Episcopal (IERE) , ordenaba a Jessica Coello Jiménez como la primera presbítera -que no “mujer presbítero”- de esta Iglesia histórica encuadrada en la Comunión anglicana que conserva la liturgia hispánica o rito mozárabe.
Poco a poco, pasito a pasito, la religión va dejando de ser cosa de hombres. Al final, ya verán, también en el ámbito eminentemente de varones de los despachos eclesiásticos acabará imponiéndose la igualdad de género. Ya son más de cien las pastoras -que no mujeres pastor- que reconoce como ministras, que no ministros de culto la Federación de Entidades Religiosas Evangélicas de España (FEREDE). Cierto que no es mucha proporción frente a los dos mil quinientos ministros-pastores hombres. Pero menos es nada.
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* Artículo publicado en Periodistas en Español el 12 de julio de 2012
En español: obispa, mejor que mujer obispo
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Manuel López, Mujeres en Fe y Constitución (Consejo Mundial de Iglesias): “Comprometidas en hacer atractiva la teología”