Con una abstención del 50,2 % del cuerpo electoral, la primera vuelta de estas elecciones legislativas francesas marca un record histórico desde la fundación de la V Republica en 1958. Un francés de cada dos se ha abstenido. El hecho es a la vez significativo e inquietante pues arroja una avalancha de serias dudas sobre las instituciones democráticas y sobre un modo de escrutinio presidencial y legislativo en el que el resultado final no es la expresión de las fuerzas reales en el país.
La abstención ha sido favorecida sin duda por una ausencia de verdadero debate de ideas en la campaña electoral, en una confusión total entre una multiplicación de candidatos que favorece la dispersión de votos, pero también por las divisiones internas en la derecha como en la izquierda en su posicionamiento con respecto a la mayoría presidencial.
El resultado de esta primera vuelta no deja lugar a dudas: el movimiento político Republica En Marcha de Emmanuel Macron obtiene una mayoría absoluta de sufragios, sobre el 49,8 % de franceses que han acudido a las urnas, con 32,2 % de votos, En Marcha llega en cabeza, seguido de la oposición de derechas LR (los republicanos) con 21 %, El Frente Nacional obtiene 14 %, Francia Insumisa 11 %, el Partido Comunista 3 %, el Partido Socialista 10 % y candidatos diversos 4 %.
Sin embargo la fuerte abstención ha limitado en esta noche electoral el triunfalismo de los ganadores, conscientes de que el escepticismo de los franceses muestra una desconfianza hacia la clase política y no es el mejor síntoma de salud democrática de las instituciones.
Cabe señalar que en el actual modo de escrutinio, la fuerte abstención favorece a los partidos mayoritarios y tendrá como consecuencia una multiplicación de duelos en la segunda vuelta, con escasas elecciones triangulares, ya que la barra es cada vez más alta para poder calificarse a la segunda ronda.
Paradójicamente, es la primera vez en la historia de la quinta república que un presidente obtiene una mayoría tan amplia en el parlamento, con tan limitado numero de sufragios. La oferta política y programática del presidente Macron no ha provocado la adhesión de los franceses, al contrario, la ola de escepticismo político de la ciudadanía se ha visto acentuada.
Desde las primeras reacciones esta noche en los debates de la velada electoral se ha puesto sobre el tapete la cuestión crucial del escrutinio proporcional, que el propio Macron había prometido restablecer.
De la movilización de los abstencionistas de aquí al próximo domingo dependerá en todo caso la composición definitiva de la futura asamblea nacional. Pero en este tipo de escrutinio suele confirmarse la dinámica favorable al partido mayoritario, sobre todo en ausencia de duelos triangulares.