No es que sea su primera visita al país, pero sí lo es como reyes. De muy joven, doña Letizia recaló en México al terminar la carrera de periodismo y se instaló en Guadalajara (Jalisco) para completar sus estudios. Después vivió en Ciudad de México (DF).
El domingo pasado llegó al DF como reina de España. Me imagino a esta experiodista trasladada de repente a su época de grandes sueños en el mundo de la comunicación. Corría el año 1994 y ella era veinteañera. Hoy, ha vuelto a pisar el Palacio Nacional, pero no como turista. Allí fue recibida con todos los honores, como corresponde a su estatus actual.
Don Felipe y doña Letizia comenzaron el lunes con una ofrenda a los Niños Héroes en el Altar de la Patria del Bosque de Chapultepec (levantado en conmemoración a seis cadetes que murieron defendiendo a México) y, acto seguido fueron recibidos en el Campo de Marte, un recinto militar próximo a Chapultepec y a Santa Fe, el principal centro financiero/empresarial de la ciudad.
En su discurso, el presidente mexicano manifestó su deseo de que este encuentro, “además de ser una celebración de la historia que nos hermana, sea también la renovación de una alianza por el futuro que nos compromete”. Refirió que, entre los países de la Unión Europea, hoy en día España es ya el segundo socio comercial de México y segunda fuente de inversión extranjera directa. Actualmente, dijo, “hay más de cinco mil empresas con capital español en territorio nacional, empresas que generan empleos y están decididas a crecer con México”.
La inversión española está presente en sectores claves para impulsar el crecimiento económico, como son los servicios financieros, el desarrollo de infraestructura, las telecomunicaciones y las manufacturas. En cuanto al turismo, añadió, que “tan sólo el año pasado se recibieron más de 300.000 visitantes españoles y que 320.000 mil mexicanos viajaron a España.
Por su parte, Felipe VI destacó que las relaciones de España con México son de una importancia capital, no sólo porque son socios estratégicos y porque sus intercambios se producen en infinidad de frentes y ámbitos, sino, sobre todo, “porque se han ido formando a lo largo de una experiencia histórica y cultural común muy amplia y porque se basan en vínculos mucho más profundos que los políticos o comerciales”.
Foro empresarial
El martes se celebró un foro empresarial durante el cual, el mandatario mexicano compartió ante empresarios y emprendedores de ambas naciones aspectos relevantes del México de hoy, su proceso de transformación y los pasos decisivos que ha dado para emprender importantes cambios estructurales “en dos necesidades ante la exigencia de la sociedad, muy importantes: el de la transparencia y el de combate a la corrupción”. En este sentido, los mexicanos aún no han visto ni una sola señal de mejora.
Luego de exponer aspectos de las reformas Laboral, Financiera, Hacendaria, Energética, en Telecomunicaciones y Competencia Económica, Peña Nieto destacó el fortalecimiento de los derechos de los mexicanos. No añadió “humanos”, pues tendría que haberse pronunciado sobre casos tan graves como Tlatlaya, Ayotxinapa, detenciones ilegales, secuestros y asesinatos de periodistas, represión de las protestas, etc. etc.
Subrayó que la más importante de todas es la reforma Educativa, la cual permitirá preparar con mayores capacidades, mayores habilidades, y mayores recursos a las nuevas generaciones. Por supuesto, el conflicto del sindicato de maestros, quienes no aceptan su “reforma”, callado.
El presidente aseguró que las inversiones de empresarios españoles hacia México han venido creciendo en los últimos años y que, de esa inversión acumulada de más de 50.000 millones de dólares, sólo en el año 2014 se contabilizó una inversión superior a los cuatro mil millones de dólares, lo que significó la generación de más empleo y mayor presencia de España en tierras mexicanas. Sin embargo, empresas como la constructora OHL no deben estar pensando en invertir demasiado en tierras aztecas si están expuestos a que se les acuse de corrupción mediante grabaciones que les desprestigian públicamente. Esta práctica parece más una caza de brujas.
Por último, Peña Nieto detalló que preside un país predominantemente joven, en el que prácticamente la mitad de la población es menor de 27 años, y que cada año se licencian más de 100.000 ingenieros. No dijo que, en cuanto pueden, muchos de ellos se van fuera porque en su país les pagan una miseria (con mucha experiencia pueden ganar 12.000 pesos, equivalente a unos 684 euros). Tampoco, que su gobierno se niega a subir el salario mínimo para no crear inflación. Actualmente no supera los 70,10 pesos, equivalente a unos cuatro euros.
El discurso de Peña Nieto sonó, como siempre que se dirige a los extranjeros, a cuento de hadas. La triste realidad es que los mexicanos están hartos de sus reformas, porque, o sólo benefician a los que más tienen, o perjudican a los ciudadanos en general, o bien son un freno para la economía del país.