“Las personas melancólicas pueden pasar de la euforia al suicidio en pocas horas”
Más de 65 000 fotogramas animados pintados a mano uno a uno por cerca de doscientos artistas de todo el mundo dan forma a «Loving Vincent», la primera película realizada al óleo de la historia del cine.
Coproducción anglo-polaca, dirigida por los noveles Dorota Kobiela y Hugh Welchman, «Loving Vincent» da vida a los cuadros de Vincent Van Gogh y presenta la enigmática figura del pintor holandés a través de las cartas que escribió a su hermano desde Francia, reconstruyendo su vida y su misteriosa muerte.
El más famoso y popular de los pintores holandeses modernos, el postimpresionista y simbolista Vincent Van Gogh (1853-1890), es un personaje que cae bien: su pintura está, al contrario que su vida, llena de vida; tanto que los niños la entienden muy bien. Y luego está el episodio de esa oreja cortada el día de Nochebuena, el 24 de diciembre de 1888, no está claro si tras una discusión a muerte con el pintor Gauguin o a causa de algún desequilibrio mental nunca diagnosticado.
La película fue inicialmente rodada con actores, en sets construidos con la apariencia real de los cuadros del pintor para después ser pintada a mano en lienzos, óleo a óleo, fotograma a fotograma, por pintores profesionales. El proceso de animación posterior consigue una película sorprendente con 31 cuadros de Van Gogh representados parcialmente y otros 94 con un aspecto muy cercano al original.
La versión más extendida dice que el pintor holandés Vincent Van Gogh se suicidó en el “Campo de los cuervos” que acababa de pintar, cerca de la localidad francesa de Auvers-sur-Oise. Pero el relato del cartero Armand Roulin, encargado por su padre de entregar en mano una carta a Theo, el hermano de Van Gogh, revela que en el lugar no se encontraron ni restos de pintura ni ningún arma.
A partir de aquí, seguimos una investigación casi policial en la que nos enteramos de que Theo, muy afectado, apenas ha sobrevivido unos cuantos meses a la desaparición de su hermano, y algunas personas que conocieron al artista, a muchas de las cuales pintó, hablan de su genio, su vida, su obra y sus sufrimientos, en escenas que alternan el color y el blanco y negro.
Hay que reconocer que existe un gran parecido entre la obra original y la trasposición que han imaginado los dos realizadores, hasta el punto de que podría pensarse que ha sido el propio Van Gogh quien ha resucitado para pintar los fotogramas de esta película. Porque toda ella evoca sus óleos más conocidos, en una identificación pasmosa, así como todo el mundo del artista: los campos de trigo, el cielo estrellado, la habitación del pintor, la iglesia del pueblo… y también las personas que le frecuentaron en los últimos años de su vida, el cartero Armand Roulin y su padre, la chica del hotel donde murió Vincent, el doctor Gachet y su hija, el “Pére Tanguy”, su proveedor habitual de óleos al que le unió durante años una amistad fraternal …
Teniendo en cuenta que la película es también una sucesión de algunos de los cuadros de Van Gogh en movimiento, no extraña que el aspecto visual esté por encima del narrativo. El guión tiene muy poca consistencia y la realización peca de lentitud.