Aunque las tropas del general Lecrec, con los españoles de La Nueve incluidos, entraron en París la tarde del 24 de agosto de 1944, la historia oficial quiere que sea el día 25 cuando cada año se conmemore la liberación de la capital. Era la agonía de la Segunda guerra mundial.
Para conmemorar este 75 aniversario, hoy se inaugura en la Plaza Denfert-Rochereau (distrito 14) el Musée de la Liberation de París que, para contentar a todos y como solo hay uno, se llama también Museo del general Lecrec (Philippe Leclerc de Hauteclocque, comandante de la Segunda División Blindada) y Museo Jean Moulin (alto funcionario y resistente que dirigió el Consejo general de la Resistencia, torturado por la Gestapo falleció en el tren que le llevaba a Alemania el 8 de julio de 1943).
El lugar en que se ha instalado es “emblemático de la liberación de París” porque en él se encontraba el puesto de mando del coronel Rol-Tanguy, jefe de las Fuerzas Francesas del Interior y desde aquí se llevó a cabo la supervisión de la liberación.
En el museo, un recorrido desde el comienzo de la guerra y la invasión alemana hasta el 25 de agosto. En el subsuelo, “los muros grises conservan lo que queda del puesto de mando: una instalación telefónica, la oficina del coronel y la secretaría donde trabajaba su mujer, Cécile, y una especie de bicicleta que al pedalear proporcionaba electricidad, en caso de avería» (Manon Botticelli, France Télevisions).
Los retratos de los dos héroes se apoyan en documentos y objetos que les pertenecieron: el traje militar y la túnica bereber del general Lecrec; los skies, el sillón y algunos cuadros de Jean Moulin. Junto a ellos, los retratos de varias decenas de resistentes, para acentuar la dimensión humana del recinto. Cartas, un vestido de fiesta y multitud de documentos “cada uno de los cuales da fe de una historia”; películas de archivo y mapas interactivos, para hacer pedagogía con la historia.
Fue una promesa de campaña de la alcaldesa Anne Hidalgo. Ha costado cuatro años y veinte millones de euros.