El coordinador para el proceso de paz en Oriente Medio, Nickolay Mladenov, expresó este martes 26 de marzo de 2019 al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas su preocupación por el hecho de que “estemos presenciando otra peligrosa escalada de la violencia en Gaza con consecuencias potencialmente catastróficas”.
Según Nickolay Mladenov “el indiscriminado lanzamiento de cohetes con morteros contra ciudades y pueblos israelíes violan las leyes internacionales y ponen a los civiles en grave riesgo. El lanzamiento de explosivos incendiarios hacia Israel también tiene que cesar”.
En las últimas veinticuatro horas se han lanzado al menos al menos 103 cohetes desde Gaza hacia Israel. El ejército israelí ha llevado a cabo 42 bombardeos aéreos en varios puntos de Gaza y ha disparado dieciséis proyectiles desde barcos.
Según fuentes locales, siete palestinos han resultado heridos y varios edificios, incluyendo oficinas de Hamas han sido destruidos.
“Como he dicho muchas veces en este Consejo, y lo repetiré hoy de nuevo: nadie tiene interés en una confrontación militar en Gaza. Un nuevo conflicto sería devastador para el pueblo palestino, tendría consecuencias para los israelíes que viven cerca de Gaza y probablemente tendría repercusiones regionales”, explicó Mladenov.
Por este motivo, añadió que pedía al Consejo de Seguridad que se uniera en “la condena del indiscriminado lanzamiento de cohetes por parte de Hamas hacia Israel”.
“Tales actos de provocación aumentan drásticamente el riesgo de un aumento de la violencia y perjudican los esfuerzos en apoyo del pueblo de Gaza y la reconciliación intra-palestina”, añadió.
Asentamientos israelíes y crisis de financiación
Mladenov compareció ante el Consejo de Seguridad para informar sobre el cumplimiento de la resolución 2334 en la que se indicaba que los asentamientos israelíes construidos en el territorio palestino desde 1967, incluido Jerusalén Oriental, no tienen validez legal, constituyen una violación flagrante bajo la ley internacional y suponen un grave obstáculo para la creación de dos Estados que convivan en paz y seguridad.
La resolución insta, por tanto, a detener las construcciones de asentamientos en el territorio palestino ocupado, algo que no sólo no ha ocurrido desde 2016 sino que ha aumentado de manera considerable.
“Israel no ha dado un solo paso para el cese inmediato y completo de las actividades de los asentamientos en el territorio palestino ocupado”, declaró Mladenov.
También señaló que tampoco se ha visto una resolución de la crisis financiera creada por la decisión de Israel de retener el 6 % de los ingresos que colecta en nombre de la Autoridad Palestina que, a su vez, ha rechazado aceptar el resto de los ingresos hasta que no les sean entregados en su integridad.
La Autoridad Palestina está llevando a cabo medidas de austeridad extremadamente severas que incluyen un recorte del 50 % del salario de los funcionarios, entre otras.
Tales medidas “tienen un impacto sustancial en la economía palestina que resultan en un poder de adquisición reducido y una mayor reducción del producto interior bruto palestino en Cisjordania y Gaza”.
Falta de voluntad política
Por todo ello, Mladenov aseguró estar profundamente preocupado por la falta de progreso hacia una solución de los dos Estados, a la que dijo “no hay alternativa viable”.
“Dada la naturaleza interconectada de los conflictos en toda la región y el potencial del conflicto palestino-israelí para alimentar las narrativas extremistas, la creación de las condiciones para que las partes regresen a negociaciones bilaterales significativas sigue siendo crítica”, indicó.
Y concluyó que “lo que se necesita, sin embargo, ante todo, es el liderazgo y la voluntad política necesarios para tomar medidas concretas en apoyo de poner fin a la ocupación y lograr una paz duradera. Hasta que se pueda encontrar eso, otra generación de israelíes y palestinos está destinada a pasar sus vidas buscando en vano una paz difícil de alcanzar”.