El Tribunal Supremo eslovaco está en contra de la absolución, en septiembre de 2020, de los dos acusados de haber encargado en 2018 el asesinato del periodista de investigación Jan Kuciak, y de su novia Martina Kusnirova, por lo que ha decidió abrir un nuevo proceso contra el empresario multimillonario Marian Kocner y su cómplice, Alena Zsuzsiva.
La policía eslovaca estimó que el crimen fue obra de asesinos profesionales y que estuvo motivado por las investigaciones efectuadas por el periodista sobre la corrupción de algunos políticos. En primera instancia, una jueza consideró que las sesenta balas encontradas en el domicilio del empresario no demostraban nada y le condenó a pagar una multa de cinco mil euros por «posesión no autorizada de armas».
Miembros de la ONG Democracy Reporting International aclararon tras el asesinato que «en realidad, Jan Kuciak trabajaba con el grupo internacional de periodistas de investigación Organized Crime and Corrption Reporting Project (OCCRP), con el Centro Checo para Investigaciones Periodísticas (CCIJ) y con el Investigative Reporting Project italiano (IRPI), en un asunto mucho más peligroso: la infiltración en Eslovaquia de la mafia calabresa ‘Ndrangheta’, una de las más poderosas y aterradoras del mundo»
«La ‘Ndrangheta’ ocupa una posición dominante en el mercado de la cocaína en Europa y está implicada en muchos otros terrenos criminales, incluidos tráfico de armas, fraude, trucaje de ofertas públicas de obras, corrupción, intimidación, extorsión y criminalidad medioambiental» según una evaluación del crimen organizado en Italia hecha por Europol en junio de 2013.
Con la pretensión de que pudiera parecer un arreglo de cuentas mafioso, las dos víctimas, de veintisiete años, fueron abatidas en su domicilio el 21 de febrero de 2018. Anteriormente, Jan Kuciak había publicado varios artículos sobre la corrupción y las presuntas relaciones del empresario Marian Kocner con altos responsables políticos eslovacos. El doble asesinato generó «las mayores manifestaciones tras la caída del comunismo y la dimisión del Primer ministro», según la información del canal internacional Euronews.
Desde entonces, la muerte de Jan Kuciak «ha sacado a miles de eslovacos a la calle» y la investigación de su asesinato «ha destacado las derivas del sistema político» de un país, de poco menos de cinco millones y medio de habitantes, que el próximo sábado celebra elecciones legislativas para renovar su Parlamento, y que se encuentra inmerso en una campaña electoral que tiene al estado de derecho en el centro.
El asesinato del periodista Kuciak y su pareja «abrió la caja de Pandora y creo que los eslovacos son conscientes del alcance de los retos relacionados con el estado de derecho, la independencia de la justicia y la corrupción en el país», según Jakub Jaraczewski, de Democracy Reporting International, una ONG internacional con sede en Colonia, Alemania, que trabaja para reforzar la democracia directa y la participación de los ciudadanos, tanto a nivel local como mundial.