Francia se ha incorporado este miércoles, 6 de abril de 2016, a los países europeos que sancionan a los clientes de las prostitutas, una polémica medida que ha sido objeto de muchos debates y divide tanto a la clase política como a las asociaciones de ayuda a las prostitutas, informa Andes.
El texto aprobado en la Asamblea Nacional francesa, tras un largo proceso parlamentario de cerca de dos años y medio, establece que «la compra de actos sexuales» podrá ser sancionada con una multa de 1500 euros, y de hasta 3500 en caso de reincidencia.
La sentencia puede incluir una pena complementaria, también inaudita, con una formación para concienciarse sobre las condiciones de la prostitución.
Todos los países europeos castigan el proxenetismo pero Francia es sólo el quinto en sancionar también a los clientes de las prostitutas, después de Suecia, el primer país en hacerlo en 1999, y de Noruega, Islandia y el Reino Unido.
Según las estimaciones oficiales, en Francia hay entre 30.000 y 40.000 prostitutas, en su mayoría extranjeras, originarias de Europa del Este, África, China y América Latina.