Ricardo Gangeme, de 56 años, director y editor del semanario El Informador Chubutense , fue asesinado a tiros por un pistolero en la ciudad de Trelew, provincia de Chubut, el 13 de mayo 1999.
Según el CPJ, cuando Gangeme estacionaba a las 1:28 horas su Chevrolet delante del domicilio, un hombre le disparó a quemarropa en la cabeza con una pistola calibre 38, y murió en una ambulancia camino al hospital.
La billetera de Gangeme, que contenía cheques y una gran suma de dinero, no fue sustraída, por lo que el robo se descartó como motivo poco probable.
Gangeme había fundado El Informador Chubutense en 1992. Desde entonces, el semanario ha llegado a ser bien conocido por denunciar la corrupción y revelar detalles íntimos de la vida de las autoridades locales y empresarios.
De acuerdo con informes de la prensa local, el periodismo contundente de Gangeme le ganó muchos enemigos.
Según informó Adriana Meyer en Página 12, el día siguiente del asesinato, el ministro de Gobierno y Justicia provincial, José Luis Lizurume, afirmó que se trató de “un crimen por encargo”, porque una semana antes Gangeme denunció que había sido amenazado en público por el empresario Héctor Fernández, por las informaciones publicadas en El Informador Chubutense sobre su situación procesal.
La Federación Argentina de Trabajadores de Prensa –FATPREN– convocó a una movilización en repudio del asesinato, en el centro de Trelew. Los periodistas de “El Informador Chubutense” pidieron y obtuvieron custodia policial.
Hola mi nombre es Pablo y soy el hijo de Ricardo Gangeme. Antes que nada quiero agradecer el recordatorio sobre el caso de mi padre.
Es mi intencion contarles que la causa esta plagada de irregularidades y que teniendo pruebas de las irregularidades y habiendo pasado todo este tiempo sin justicia, sigo adelante para esclarecer el hecho. Es de suma importancia que la gente sepa que mi papá basaba sus publicaciones en torno al periodismo de investigación, y realizó varias denuncias de corrupción, motivo por el cual, lo ultimaron de un disparo en la cabeza. Sus denuncias involucraban a políticos y empresarios. En lo que va de tiempo desde que ocurrió el hecho, para la «justicia» local no hay responsables. Claro está que hay responsables y que no solo hay responsables materiales e intelectuales, sino que también hay gente del poder judicial que tiene responsabilidad de lo ocurrido en la investigación y el proceso y fueron los que permitieron que la gente que produjo el hecho esté libre. Contamos con las pruebas necesarias para llegar a la verdad y presenté una denuncia en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, que está interviniendo, a los fines de llegar a obtener justicia.
No solo quiero que los responsables materiales tengan sentencia, sino que también es mi intención que quien cometió irregularidades judiciales, también tenga la condena que merece como indica la ley y que nunca más vuelvan a ejercer cargos públicos ni judiciales.
Mi padre era un periodista y su función era informar a la sociedad de manera objetiva, claro que no es el único caso en que asesinan a un periodista, pero es nuestra tarea que sea el último. Por ese motivo quiero que mi caso sea de conocimiento publico y solicito el apoyo necesario de las entidades nacionales e internacionales para lograr la justicia que mi padre, mi familia y la sociedad merece.