Lo mejor del cine francés del año está llegando a las salas comerciales con los estrenos de este último trimestre. Después de «El proceso Goldman», «La novia del poeta» y «Anatomía de una caída» he visto esta semana la también excelente «Second tour» de Albert Dupontel, actor y realizador francés que firma aquí su octavo largometraje como director e intérprete de sus propias películas.
De la fábula antimilitarista en «Au revoir la Haut» 2017, a la sátira de la sociedad de consumo a ultranza en «Adieu les cons» 2020, vuelve ahora Dupontel tres años después con «Second tour» (segunda vuelta) alusión a las elecciones presidenciales en Francia, una brillante fábula política, ecológica y poética de la Francia actual.
Su comienzo con un grandioso mitin tan lujoso como demagógico y repleto de banderas tricolor, nos hace pensar como su protagonista al presidente Macron, y podría llevar uno de esos rótulos que se ponían antaño en el cine: cualquier parecido con la realidad no sería pura coincidencia.
Pero en esta parodia del mundo político preso de los cálculos e intereses financieros egoístas del CAC 40, el candidato interpretado por Dupontel, Pierre Henri Mercier, tiene en común con aquel la voluntad de esconder sus verdaderas intenciones.
Sin pasado político y surgido del mundo de las finanzas, hijo de una familia de grandes industriales franceses, Pierre Henri es impulsado por su ambiciosa madre en la carrera presidencial. El paralelismo con Macron se para ahí, pues rápidamente el espectador va a ir descubriendo algunas sabrosas sorpresas de este guion construido como una parodia del thriller político.
La otra fuente de inspiración de su guion es la de los políticos como Kennedy, Luther King o Gandi, entre otros, quienes fueron asesinados cuando su acción disgustaba al poder político. A ello se añade el tema de la educación y la paternidad, muy presente siempre en el cine de Dupontel, quien nos reserva aquí otra sorpresa.
Pero toda la trama secreta que se esconde detrás de esa elección presidencial será descubierta por Nathalie, una periodista de investigación (Cécile de France) quien ha sido ya sancionada por sus reportajes anticonformistas y relegada al servicio deportivo de su canal de televisión.
En tándem con Gustave, su cámara (Nicolas Marié), vamos a asistir a una sabrosa sátira del actual panorama periodístico en Francia, en donde los periodistas de prefectura y los perros guardianes de la corte presidencial reinan en una prensa controlada por un puñado de oligarcas.
Excelente también el casting de secundarios que arropa a los protagónicos ya citados, entre otros: Jackie Berroyer, Philipe Uchan, Buli Laners o Uri Gabriel, todos ellos rostros de cine de esos que no se olvidan.
El humor de Dupontel es muy saludable, sus diálogos contundentes, y su parodia de la prensa está incluso por debajo de la realidad, pues a esa censura y autocensura que existe en los grandes medios informativos se añade hoy en Francia la instalación de una aún más vergonzosa «prensa amarilla» de extrema derecha, que no respeta las reglas deontológicas que hasta la fecha regían en esta profesión. La prensa y la tele basura han sido «normalizadas» como los neofascistas en el parlamento, con la aprobación de la prensa dominante.
La risa y el humor caústico de Dupontel son como una provechosa vacuna contra la desesperación en estos tiempos difíciles que corren, en los que la calumnia y la mentira han dejado de ser excepción para convertirse en la regla cotidiana de una elite política «hors sol» que se apoya en una prensa pestilente y que vive fuera de la realidad humana de sus conciudadanos.
La película de Dupontel se pregunta si ante la inminencia de una catástrofe ecológica es todavía posible cambiar el mundo. En todo caso, no cabe duda de que al ver esta comedia podrán ustedes reflexionar sobre la posibilidad de librar ese combate.
Como decía Dupontel en una entrevista: «El Dictador» de Chaplin no impidió la segunda guerra mundial, pero ha contribuido a comprender mejor la Historia, alimentando la cultura universal de numerosas generaciones.