Sindicalismo, ahora más que nunca

Un furor antisindicalista se ha levantado en España

Las cavernas mediáticas al servicio de la gran empresa y de la banca vienen desarrollando una atroz campaña de desprestigio, con las más depuradas técnicas fascistas para aprovechar el menor motivo y trasladar a la opinión pública una imagen, orquestada, de organizaciones corruptas y de personajes abyectos, que en muy poco se corresponde con  la realidad.

Lucas León

Los sindicatos de clase de nuestro país, justo es reconocerlo, no han desarrollado una trayectoria adecuada en el espacio democrático.  Demasiado contemplativas y condescendientes con los teóricos gobiernos de izquierdas, han tenido el serio problema de la financiación de sus estructuras, situadas a la cola de todas las imprescindibles organizaciones del Estado, y ha sido muy dados a buscar fórmulas alternativas de poca transparencia, incluso legalidad.

Junto a ello han desarrollado una labor ingente de representación, negociación y defensa de millones de trabajadores que no ha sido reconocida por casi nadie.

El llamado “liberalismo económico” ha visto siempre a los sindicatos como su principal adversario, mucho más que los partidos, más o menos moldeables del arco parlamentario, de una democracia tan inútil como manipulada.

Y ha atacado con saña al sindicalismo y a los sindicalistas buscando los lugares comunes y la sensiblería al uso de una sociedad desmovilizada y desideologizada.

En las actuales circunstancias, con el canto del cisne del capitalismo, inventando crisis y volviendo en su barbarie, a la sociedad de las cavernas, el sindicalismo de clase es más necesario que nunca. Si no estuviera inventado habría que inventarlo. No hay otra respuesta a los dicterios del neoliberalismo que la movilización organizada, la presión y el ejercicio del poder obrero y sindical.

Me atrevo, ante la grave situación de las organizaciones sindicales, atacadas, descapitalizadas y desprestigiadas interesadamente a proponer una suspensión temporal de cada organización durante un período limitado y hacer un ensayo de Central Única de Trabajadores.

En el ambiente de inmundicia que cubre nuestro entorno la dignidad y la decencia de miles de sindicalistas y militantes obreros se hace imprescindible.

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