Siria: en 2014 han muerto 850 detenidos en las cárceles de El Assad

El mediador de la ONU Lakhdar Brahimi dimite tras dos años de esfuerzos inútiles

Cerca de 850 detenidos han muerto torturados o víctimas de ejecuciones sumarias en las cárceles del régimen sirio desde el comienzos del año 2014, según datos hechos públicos el 14 de mayo por el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).

“Desde el comienzo del año y hasta el 13 de mayo han muerto en las cárceles, los calabozos de los servicios de seguridad y los cuarteles del ejército, 847 detenidos, de los que seis eran mujeres y quince menores de 18 años”, ha precisado al organización añadiendo que se trata de las víctimas “a cuyos familiares se ha informado del deceso”. Sin embargo, este organismo con fines humanitarios teme que el número real de muertos sea mucho mayor ante la evidencia de que entre los miles de detenidos desde que empezó la guerra civil, hay 18.000 personas a las que se da por desaparecidas.

“Todas estas personas han perdido la vida a causa de torturas, ejecuciones sumarias y malas condiciones de detención, entre ellas la falta de alimentos y de los medicamentos que necesitaban. El régimen ha entregado sus cadáveres a las familias como si nada, como si hubieran fallecido de muerte natural. Cuando el criminal sabe que no tiene que rendir cuentas, sigue cometiendo crímenes», ha manifestado el director del OSDH, Rami Abdel Rahmane.

El conflicto armado, que ya ha causado más de 150.000 muertos, está teniendo un peso enorme en la vida cotidiana de las familias sirias. Según un estudio publicado el 14 de mayo en Ginebra, cada 60 segundos una familia abandona su hogar en Siria, lo que equivale a que 9500 personas cogen la carretera cada día. El informe, efectuado por el Centro de Vigilancia de Personas Desplazadas (IDMC) indica que, desde ahora y hasta finales de 2014, se producirá el desplazamiento de otros cuatro millones de ciudadanos, situando a Siria a la cabeza de los países más afectados por el problema de los desplazamientos internos.

“El informe pone de manifiesto una espantosa realidad de la vida en el interior del país. Los grupos armados controlan las zonas donde se han instalado campos para desplazados, mal equipados y en los que faltan alojamientos y equipamiento sanitario”, según Jan Egeland, dirigente del Consejo noruego para los refugiados. Además, el informe revela que, en distintas ocasiones, las grandes concentraciones de desplazados han sido blanco de disparos de la artillería y raids aéreos.

Por primera vez desde el comienzo del conflicto en Siria, un informe de la ong estadounidense Physicians por Human Rights (PHR) demuestra, apoyándose en datos y cifras según el digital aufait.com, la destrucción del sistema de salud que está llevando a cabo el régimen de El Assad. Este estudio ha registrado hasta 150 ataques contra estructuras sanitarias o profesionales del sistema médico nacional, en los que habrían muerto al menos 486 expertos entre médicos, enfermeros, camilleros y farmacéuticos.

Por otra parte, el mediador de la ONU y de la Liga Arabe en Siria, Lakhdar Brahimi, ha dimitido y dejará su puesto a finales de mayo de 2014, decepcionado por “haber fracasado en su misión de poner fin al conflicto”. El secretario general Ban-Ki Moon ha rendido homenaje a los esfuerzos diplomáticos de Brahimi y a su “paciencia y perseverancia” en una misión que, desde el principio, se consideraba “casi imposible”.

Lakhdar Brahimi, diplomático argelino de 80 años -conocido por su participación en el acuerdo de Taef que, en 1989, puso fin a quince años de guerra civil en Líbano- , fue nombrado en 2012 mediador internacional en el conflicto sirio, recogiendo el testigo de Kofi Annan, quien no consiguió que se estableciera un alto el fuego entre el régimen y los rebeldes.

Entre sus logros está el haber conseguido que, en enero, tuviera lugar en Ginebra un encuentro “cara a cara” entre el régimen sirio, apoyado por Rusia, y la oposición, que cuenta con el apoyo de Estados Unidos, aunque las negociaciones fracasaron por dos veces consecutivas.

Anteriormente había dirigido la misión de la ONU en Sudáfrica durante las elecciones de 1994 que elevaron al poder a Nelson mandela, y después fue enviado especial de la organización internacional a Yemen, en plena guerra civil. Forma parte del grupo de los «Elders» (ancianos), que agrupa a personalidades internacionales que trabajan en la resolución de conflictos, como el expresidente estadounidense Jimmy Carter, Kofi Annan o el arzobispo anglicano sudafricano Desmond Tutu.