Suiza: huelga «de los valientes» por la información de servicio público

Sergio Ferrari[1]

En un país, Suiza, donde la paz social parece tener la fuerza de un mandamiento bíblico y donde las huelgas se pueden contar con los dedos de una mano, los periodistas de la ATS (agencia nacional, o literalmente, Agencia Telegráfica Suiza, iniciaron esta última semana de enero de 2018 un paro por tiempo indeterminado. En el fondo, se trata –una vez más- de una lucha por la información como bien público y no como simple mercancía.

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Movilización de los periodistas de la ATS el 30 de enero, frente a la sede del Gobierno, en Berna, durante su huelga ilmitada (foto Syndicom)

El paro laboral, que comenzó el martes 30 de enero, no solo sacó del anonimato a los históricos “agencieros” -es decir, los periodistas sin nombre ni firma que producen la más rica información de base en cualquier país del mundo-, sino que puso en el centro del debate público helvético el concepto mismo de la información.

La huelga de este fin de enero, dio continuidad a otra previa de tres horas que se llevo a cabo el martes 23 de enero, a través de la cual la redacción de la ATS lanzaba una advertencia al Consejo de Administración si no avanzaba –de verdad- la negociación entre las partes.

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Movilización frente a la sede de la ATS en Berna, el martes 23 de enero (con una huelga preliminar de 3 horas). (Foto Italo Chreubini)

Días antes, la dirección de la ATS había comunicado de improviso un paquete de recortes económicos que implica la reducción de un 25 % de sus efectivos. Esas “economías” significan el despido directo o la disminución obligada de la jornada laboral para 40 empleados. El golpe implica a unos 60 periodistas con dedicación parcial-, sobre un total de 150 puestos con los que cuenta la agencia.

Los principales afectados son las y los jóvenes que desarrollan su primera experiencia profesional, así como las y los periodistas de más de 60 años de edad, muchos de los cuales tienen tras de sí tres o cuatro décadas de experiencia en la misma ATS, y son quienes constituyen juntos un capital profesional y humano irremplazable.

Esa decisión del Consejo de Administración representa un cambio abrupto e inconsulto, sobre la definición y la esencia misma de la ATS. Y aunque desde su fundación (en 1895), la ATS tiene una estructura jurídica de empresa privada, cuenta también desde su nacimiento con una Carta de Principios que define “al producto de base” (flujo informativo diario) como “servicio público”, sin fines de rentabilidad o lucro. Este aspecto es decisivo, desde luego.

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Movilización en Berna, el martes 30, de enero, contra la iniciativa pública (y referéndum) que propugna el fin de la Radio y TV públicas. Los periodistas huelguistas de la Agencia Telegráfica Suiza presentaron su lucha. (Foto Sergio Ferrari)

Dando muestras de un enorme oportunismo, en las últimas horas, la actual dirección de la ATS borró de su sitio web esa Carta de Principios. En paralelo, el CEO (director ejecutivo), Markus Schwab, declaraba en una entrevista dominical “no deberle nada a nadie” –ni al público, ni al personal, ni a la sociedad- sino, solamente, “a sus accionistas”, despreciando así por completo la responsabilidad ciudadana de la agencia nacional de noticias.

Los principales “clientes” de esta agencia son la Radio y Televisión Pública (SSR); el Gobierno suizo; así como un grupo de editores de prensa privados que están detrás de esas medidas de economía y reestructuración que sacrifican al personal.

La huelga de los periodistas, liderada por una juvenil y colectiva Comisión de Redacción (CORE) y apoyada en primera línea por el Sindicato de la Comunicación SYNDICOM, así como por la asociación Impressum, ha ganado la simpatía mayoritaria de todos los medios de prensa. Sin excepción. También de la sociedad civil en general -sindicatos, asociaciones, ONG, etcétera-, así como de buena parte de la clase política e importantes personalidades de los gobiernos cantonales y del propio gobierno nacional. Doris Leuthard, responsable de un megaministerio que incluye la Oficina Federal de Comunicación, expresó su comprensión por la lucha de los hombres y mujeres de prensa y propuso el diálogo razonable entre contrapartes sociales.

Diálogo que la dirección de la ATS rechaza aceptar de verdad. Es incapaz de adelantar a su personal una estrategia clara de futuro en el que la calidad y la cantidad de la producción de noticias puedan asegurarse. Donde el rol del aporte de la ATS a la integración nacional pueda continuar existiendo como premisa (la única agencia que asegura su servicio en las tres lenguas oficiales, es decir alemán, francés e italiano).  Y en la cual, la responsabilidad ciudadana que ha jugado la agencia nacional –produciendo un tipo de información de gran calidad reconocido por todo el espectro mediático nacional-  pueda seguir operando a favor de un verdadero reforzamiento de la democracia en la diversidad en una Confederación (Suiza) que nuclea cuatro regiones lingüísticas y 26 cantones (que son provincias descentralizadas, con gran poder de decisión y autonomía).

Huelga corajuda y ya “histórica”. Es la primera vez que en la ATS se hace una huelga en sus 123 años de existencia y es una de las primeras veces que el gremio periodístico convoca a una medida de este tipo por tiempo indeterminado. Movilización ciudadana que refuerza el debate ya presente en la sociedad suiza sobre el significado mismo de la información.

Para algunas empresas casi monopólicas como Tamedia -controla el 68 % de la cuota de mercado en el sector-  dueñas de una gran parte de los diarios, revistas, grupos de publicidad etcétera, la información no es más que una mercancía y la ganancia, producto de su venta, debe alimentar los dividendos empresariales de sus accionistas.

Para parte de la clase política y una parte significativa de la sociedad civil –incluyendo sindicatos, ONG, mundo asociativo-, la información constituye un “bien público”. Es esencial para el reforzamiento de la democracia. Y por lo tanto una preciosa construcción ciudadana a la que no se le puede poner un precio de mercado sino el valor agregado propio de un cuarto pilar/poder de la democracia helvética.

Debate candente y apasionado que se recrudece no sólo a la luz de la huelga de la redacción de la ATS, sino de la próxima votación del 4 de marzo. El pueblo suizo deberá decidir en las urnas si acepta o no una iniciativa reaccionaria que propone liquidar la subvención pública a la Radio y Televisión Nacional, es decir, que conllevaría al desmantelamiento de la radio y televisión públicas.

La huelga de la Agencia Nacional de Noticias constituye, además, el mejor aporte al debate en torno a lo que puede pasar en Suiza si se aprobara el 4 de marzo esa iniciativa reaccionaria. El desmantelamiento de la ATS que propugna su dirección es el ejemplo, en chiquito, de lo que podría pasar a gran escala en Suiza si se aprueba el 4 de marzo la denominada Iniciativa No-Billag. La destrucción de los medios de comunicación que se consideran “servicios públicos” y el giro hacia la privatización total de la información.

  1. Sergio Ferrari, es periodista y copresidente de la Rama de Prensa del SYNDICOM, Sindicato Suizo de la Comunicación
editor
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