«Ya no puedo Mas, ya no puedo más, Siempre se repite la misma historia…»
¿Quién le diría a Camilo Sesto a estas alturas del disco que su canción iba a estar en el «candelero» (palabro conocido por todos, añado)? Mas tras hacer que media España vibre, la otra tiemble y el estado de derecho se tambalée, considerado como uno de los sujetos con un problema histórico que va más allá de los deseos de poder, y encumbrado por el presunto imputado en negocios de toda índole, corrupto según dicen cuyo alias es Jordi Pujol, se queda compuesto y sin novia, y eso sí, habiendo hecho que fuera noticia durante más de un mes. El hecho cierto es que Artur no logra ser investido president. Ni más, ni menos.
En este país, el otro, no el suyo, que aún se tambalea porque los índices de paro dicen que la cosa irá, pero se nota poco, en donde empezamos a recibir refugiados porque somos todos europeos y les debemos un hogar, nos salimos del tiesto, como siempre, hablando de otros paises, de otras lenguas, de naciones que no son el mismo lugar en donde todos comemos chorizo y mojamos en la salsa de turno. No sé si no hay suficiente dilema con sacar adelante un país que todavía está en crisis, repito, para tener que menear la marrana; dicho de abuela pero bien traido en este momento.
Mas encaja el no de la CUP pero promete volver el jueves. No sé si para recibir más machaque de Inés Arrimadas o para ver cómo Romeva pudiera ser su sucesor. No sé si ya raya en lo patológico pero quizá, haber hecho que un consejo de Estado considere que la resolución secesionista es una declarada insumisión a las instituciones, cuando inicialmente y finalmente no tenía nada que hacer, es cuanto menos, patético. Hacer que el rey se reuna exprofeso con el presidente y haber hecho que todos hablen de los catalanes como si fueran un pueblo aparte, es cuanto menos, un atrevimiento que le lleva a otro lugar que ya no tiene que ver con la política y sí con la codicia. Solamente ha conseguido mover a la España que aún tiembla porque no sabe cuál es su futuro; hablamos de España, de esta, de la nuestra.
Hoy ha convergido el texto de la Reina que hacía referencia a la bandera, la nuestra, el mitin con el que cierra la número dos del PP dirigente que se calienta y salta con su Arriba España que era más un Viva pero se salió del tiesto; un Sánchez mano a mano con Rajoy; el rey, todos los partidos, todos unidos ante el desafío secesionista. ¿Unidos ante Mas? Nosotros sí que no podemos más.
En otro orden de cosas, un Casillas que recibe la medalla al mérito deportivo a manos de Rajoy ante una Sara con los brazos cruzados, no entiendo bien la postura, pero sucedió y agradecido le ha brindado el galardón a la afición. La calidad humana de Iker ha dicho Mariano, es indudable ya que ha estado siempre comprometido con las causas sociales y ha devuelto a la vida lo que ésta le ha dado. ¡Grande el muchacho!
Ahora tenemos que seguir con lo siguiente. Los partidos invierten lo que no tienen. Un Podemos que echa el resto y apuesta con sus tres millones de euros por sacar mejor tajada de lo que dicen las encuestas, un Pedro Sánchez que se mueve más que los precios, un Albert que sale y entra sin parar, y el gallego, previsor de su nuevo triunfo, anda despacio como los elefantes que saben que no solo no van a morir, sino que van a seguir por la senda ya trazada. Iglesias advierte a Mas, «si ganamos las elecciones se acaba el chollo». Tela marinera.
Esto es España. Han pasado 11 meses y 11 días casi y estamos compuestos y sin novio. Mas ha pasado a mejor vida y será pregunta de examen en la reválida del que se fue a París. Seguro que catean los chicos porque vaya personaje.
Siempre nos quedará el jueves. Promete volver. Nú sé. El 11 del 11 será otro día, hoy no es mañana, Lucía.
