Al menos 150 personas han fallecido en las últimas 24 horas como consecuencia de los ataques entre los rebeldes hutíes y las fuerzas de la coalición árabe liderada por Arabia Saudí.
Las cifras son esas, pero sigue la cruel batalla en la en las últimas horas 110 rebeldes, 32 combatientes de las tropas gubernamentales y siete civiles, han muerto en la zona. Ahora los hutíes refuerzan sus posiciones tras el ataque en las dependencias del hospital de Al Thawra, desde la azotea, cerca del puerto Al Hodeida, lugar de entrada de suministros, material hospitalario y víveres para la población. Se está viviendo un auténtico estado de pánico en la zona, tanto dentro del hospital como en las inmediaciones.
Este conflicto está provocando además la peor crisis humanitaria mundial del siglo; una situación imposible en cuanto a los enfermos que ya no sobreviven, por falta de alimentos y de asistencia.
La hambruna no está permitiendo que se recuperen y las comorbilidades de otras enfermedades que ya padecen, están haciendo que la gente muera sin solución de continuidad, a pesar de los esfuerzos de los médicos y enfermeras que no abandonan la zona.
Una vez más, se ha solicitado el alto el fuego para que la ONU medie en el conflicto y encuentre la salida a esta situación, que se recrudece conforme pasan los meses. La guerra de Yemen es un conflicto internacional que ya ha costado la vida a más de 10 000 personas y ha provocado la mayor hambruna del siglo XXI. El desabastecimiento sanitario, la epidemia del cólera, la difteria, los 22 millones de personas (cerca del 80 % de la población yemení) sumado al medio millón de niños que sufren malnutrición severa, hacen de este conflicto, sin duda, una realidad que el mundo entero contempla ante la espera de otro ataque que se lleve por delante la vida de miles de inocentes.