En un momento en el que el PSOE se apresta a elegir a su secretario general, o secretaria, en cualquier caso, acaban de cumplirse en este pasado 2 de mayo los 138 años del nacimiento de dicho Partido Socialista que ha sido, a lo largo de su historia, un icono y representación del movimiento obrero en nuestro país, al tiempo que el partido más antiguo de la izquierda española.
Eran aquellos mediados del Siglo XIX en que nació este partido momentos de una gran injusticia social en España, y es por ello que 24 trabajadores, fundamentalmente tipógrafos, (profesión considerada a la sazón como el oficio más culto), pero también intelectuales, comandados por el también tipógrafo Pablo Iglesias, se reunieron clandestinamente en la conocida como Casa Labra, de Madrid, decidiendo fundar en esa fecha de 1879 un partido que luchara en la defensa de la clase trabajadora, explotada en muchos casos hasta la extenuación y sin posibilidad de defensa en la llamada Restauración. Años más tarde, ya en 1910, Pablo Iglesias obtendría un escaño, convirtiéndose de esa manera en la voz del movimiento obrero que se oía por primera vez en el Parlamento, algo que causaría un gran revuelo en la sociedad de aquellos días, pues nunca antes un trabajador había logrado subir a la tribuna.
Es cierto que las cosas han cambiado tanto en el PSOE como en la sociedad española a lo largo de estos años, pero lo que está claro es que no podría concebirse la evolución de una sin la de otra. De esta manera, resultaría difícil, cuando no imposible, intentar comprender la historia de este país durante estos 138 años sin tener en cuenta la historia del PSOE en ese periodo, ya que una y otra han ido paralelas a lo largo del tiempo. Si en la etapa fundacional los socialistas tenían como meta fundamental la organización del movimiento obrero para su defensa, creando para ello el mismo Pablo Iglesias el sindicato Unión General de Trabajadores, en la larga noche de la dictadura franquista sufrieron represión, al igual que otras organizaciones declaradas fuera de la ley por el Régimen, acabando en las cárceles, en campos de concentración o exilados, y eso si conseguían salvar la vida.
En la conocida como época de la Transición democrática, el PSOE fue uno de los principales apoyos en la elaboración de la Constitución de 1978 que, infravalorada hoy por algunos, incluso menospreciada, sobre todo por los que no conocieron aquellos difíciles años, ha sido sin lugar a dudas la Carta Magna que ha dado a este país el mayor tiempo de paz en siglos. Es cierto que se puede cambiar, y posiblemente resulte necesario hacerlo, pero buscando un consenso como el que precedió en aquella época en aras del respeto y el entendimiento entre españoles. En opinión de Soledad Becerril, Defensora del Pueblo y primera mujer que formó parte de un consejo de ministros desde la II República, la Constitución del 78 “más que un consenso fue un gran pacto social”.
A lo largo de los últimos años, el PSOE ha gobernado en España con aciertos y con posibles errores, que de todo puede haber habido, como suele suceder en cualquier país con gobiernos democráticos. Pero durante los gobiernos socialistas se han aprobado una serie de leyes que sin lugar a dudas han contribuido a la mejora de la sociedad española. Leyes como la de Memoria Histórica, Matrimonio Homosexual, Sanidad universal, Despenalización del aborto, Ley de Dependencia, entre otras varias.
Han pasado 138 años desde su fundación, y dentro de unos días los militantes del PSOE elegirán a un nuevo líder, hombre o mujer, como secretario o secretaria general. Recordando el pasado, puede ser el momento y el camino para labrar el futuro, en el que sin lugar a dudas el PSOE puede jugar un papel importante en la sociedad española, como lo ha hecho a lo largo del tiempo.
