Pedro Echeverría V.
Además de la expropiación petrolera, la creación de los ejidos en tierras de latifundistas y la política a favor de los españoles republicanos, fueron los grandes aciertos del gobierno del Lázaro Cárdenas de 1934 a 1940.
No conozco el número de exiliados españoles que llegó a México, a Francia y otros países después de que el general Francisco Franco derrotó en 1939, con una guerra fascista, al gobierno libertario de la República Española; pero sí sé (sin ser apologista del michoacano) que el ejemplo de Cárdenas le dio un prestigio internacional a México y se convirtió al mismo tiempo en una muestra de política internacional humanista.
El de Cárdenas no fue –ni pudo serlo- un gobierno socialista, pero muchas de sus políticas en educación, en ferrocarriles y salud, provocaron ese calificativo creado por la derecha y el mismo PAN que nació en 1939 como reacción opositora a ese “socialismo cardenista”. Muchos exiliados españoles eran de ideología socialista y anarquista, por ello los ricos y la derecha mexicana los repudió y persiguió. La realidad es que el socialismo no se puede construir desde arriba, desde el gobierno, porque es un movimiento que se construye desde abajo eliminando el trabajo asalariado y la plusvalía y, al mismo tiempo organizando autogobiernos comunitarios.
Después del ejemplo de ese exilio español iniciado en 1939 (que ha sido por mucho el más conocido y estudiado), en los años setenta el gobierno de Echeverría Álvarez recibiría a perseguidos chilenos y argentinos que salieron de sus países huyendo de dictaduras sangrientas de los militares Pinochet (Chile) y de Videla (Argentina), así como en el período de López Portillo (1972-82) nicaragüenses, salvadoreños y guatemaltecos acosados por gobiernos y bandas paramilitares. ¿Puede olvidarse acaso que toda la derecha mexicana se opuso a esos exiliados porque “lesionaban la economía” de México? Sin embargo ese asilo prestigió a nuestra nación.
De lo que no se tiene duda fue del “nacionalismo cardenista” en aquellos momentos que se requería la “defensa de la patria” que salía de la gran crisis económica mundial 1929-33. Por ello la identidad entre los exilados españoles que desde trincheras de la izquierda habían defendido la República y el gobierno nacionalista de Cárdenas fue determinante. Por ello también, cuando hemos visto a los gobiernos del PAN en México perseguir y expulsar del país a los refugiados españoles y vascos para que sean encarcelados por los gobiernos de Aznar o Rajoy, solo recordamos que el PAN se fundó contra el gobierno cardenista y el exilio.
Organizaciones e historiadores han documentado en España el activo papel que tuvo la iglesia católica en apoyo al régimen franquista y han escrito una carta al papa Francisco: “Usted debe saber que la Iglesia Católica apoyó la sublevación militar de Franco contra la República Española en 1936; consideró la guerra civil como ‘una cruzada’ apoyando a los generales sublevados, legitimó su dictadura fascista y la feroz represión que ésta ejerció sobre los españoles. Durante la dictadura, en todos los tiempos católicos de España se recordaba a las víctimas, de un lado, el franquista: “Caídos por Dios y por España” y se olvidaba a los centenares de víctimas del franquismo, incluidos miembros de la iglesia (curas vascos asesinados, laicos luchadores por la justicia y la libertad, sacerdotes de la cárcel de Zamora). Muerto el dictador, nada cambió”.
Los 75 años del fin de la guerra civil española y la instalación de la dictadura de Franco deben ayudar al despertar la conciencia de los españoles. ¿Cómo es posible –resulta increíble- que un pueblo con grande y rica historia literaria, poética, artística, siga viviendo bajo el yugo de la monarquía y de políticos corruptos de derecha que bloquean cualquier pensamiento libre? ¿No es inexplicable acaso que siendo España un país donde el anarquismo se desarrolló ampliamente en la política, la literatura, el teatro, el cine, no hayan podido levantarse contra el franquismo hoy representado por los reyes, la falange, la iglesia, la gran burguesía y la derecha recalcitrante?
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