Durante décadas, en las redacciones de los medios de comunicación era habitual recibir a las nuevas promociones salidas de la universidad con una máxima destinada a rebajar las expectativas de los recién llegados: vienes como licenciado y aquí te formaremos como periodista.
El llegar a las redacciones con expectativas difíciles de cumplir era consecuencia de como se idealizó el trabajo de los periodistas durante la transición política. De unas estructuras verticales en la generalidad de las instituciones, desde los ayuntamientos al gobierno de la nación, y de los sindicatos, se pasó en un espacio corto de tiempo a la pluralidad, a la multiplicidad de líderes, a una miriada de asociaciones civiles, a una cantidad de información que no encontraba medios suficientes de prensa, radio y televisión para llegar a la ciudadanía.
Y los periodistas de las antiguas redacciones, en gran número de las cadenas de Prensa y Radio del Movimiento dirigidas por falangistas significados, tuvieron que reciclarse con rapidez para ejercer el periodismo independiente, basado en las fuentes de información, en un grupo de amplio espectro que recibió el nombre de Medios de Comunicación Social del Estado, que en pocos meses tuvo que hacer frente a una dura competencia.
Surgieron decenas de cabeceros de prensa diaria, semanal, mensual; se dispararon las tiradas de periódicos y revistas; las radios exploraban nuevas fórmulas de empaquetar la información, y la televisión se preparaba para la llegada de los canales privados que entrarían en competencia con la radio televisión pública.
En ese periodo cohabitaban en las redacciones periodistas graduados en escuelas de periodismo con las primeras promociones de las universidades, y también convivían con profesionales que se habían incorporado como meritorios y desarrollado una carrera que se conoció como “la tercera vía” hasta que a principios de los años 80 se regularizó el acceso a la profesión mediante un acuerdo suscrito por la Federación de Asociaciones de la Prensa y los sindicatos de periodistas de la UGT y Comisiones Obreras.
Desde ese momento la primera barrera para acceder a la profesión periodística era la titulación en Periodismo, que después evolucionó a Comunicación y que en este siglo XXI es Comunicación audiovisual, dada la prevalencia social de la prensa, radio y televisión en Internet y en las redes sociales.
Pero en la práctica profesional sigue siendo necesario adquirir una experiencia mínima en seguir una información, conseguir audio y video imprescindibles para montar una pieza informativa, y los centros de enseñanza se ven en la necesidad imperiosa de facilitar esa formación a sus alumnos para situarlos en primera línea de salida al mundo laboral.
Y solo hay dos opciones, la más utilizada hasta hora consiste en facilitar a los alumnos periodos de prácticas mediante acuerdos con empresas para periodos de vacaciones o para certificar unas horas horas determinadas en la fase final de los estudios. Conviene no confundir estas prácticas reguladas por las universidades de las ofertas que hacen directamente empresas de comunicación que solo buscan mano de obra cualificada a precio de estudiante en prácticas.
Y la segunda consiste en desarrollar un master tras la graduación que aporte ese conocimiento práctico.
Al optar por esta solución también es preciso saber seleccionar qué tipo de formación necesitamos adquirir, en función de si nos encaminamos a trabajos de gestión o del periodismo de fuentes que se practica en las agencias de comunicación, o deseamos incorporarnos a un medio tradicional o en la red.
Mi recomendación en este caso es ser aún más selectivos y buscar una formación especializada al máximo en la actividad profesional que queramos desarrollar, porque no es lo mismo querer hacer periodismo económico que periodismo medioambiental o periodismo deportivo.
Para concretar más he seleccionado una oferta de Curso Máster en Periodismo Deportivo Multimedia que describe qué debemos buscar antes de formalizar una matrícula:
- Conocer las claves de la información deportiva nacional e internacional
- Manejar las mismas tecnologías de televisión, radio e internet que se utilizan en los medios de comunicación.
- Desarrollar el máster como parte de un equipo en el que se puedan practicar las diferentes funciones de seleccionar fuentes informativas, redactar y grabar noticias y dar forma a reportajes.
- Conocer a fondo como se trabaja con cámaras tanto en estudio como en exteriores
- Reproducir los métodos de trabajo que se practican en los medios de comunicación
- Gestionar contenidos para sitios web
Superar un máster de estas características supondrá una ventaja a la hora de presentar un currículo en un medio, pero hay que llegar siempre con humildad, nunca olvidaré el día en el que un estudiante en prácticas planteó sobre sus preferencias en la sesión de presentación de la Agencia que solo le interesaba que le acreditaran ante la Moncloa y el Congreso de los Diputados.
No recuerdo si se dio de baja ese mismo día o pasó algún tiempo clasificando teletipos.