En español: algo sobre Rusia 2018

El evento del momento, si dudas, es el Campeonato Mundial de Fútbol, que como se sabe, se lleva a cabo en Rusia, que en mi opinión, no ha generado el entusiasmo de otras ediciones. El tema musical que lo identifica, la ausencia de algunas selecciones que tradicionalmente han participado, a lo que se suman otros factores, han sido determinantes para que la “fiebre del mundial” no haya alcanzado la temperatura que siempre lo ha caracterizado.

Sin embargo, el día a día de los amantes del balompié transcurre entre sus ocupaciones habituales y fútbol. En lo que va del torneo, para mí lo mejor ha sido el triunfo de México sobre Alemania, amén de otros episodios bastante comentados. La selección azteca  tiene con qué, y dejó en evidencia su buen fútbol. Pese a no ser gran favorita, su desempeño entusiasmó y les permitió a sus seguidores en el avance hacia los puestos de vanguardia.

Me ha llamado la atención el hecho de que algunos narradores y comentaristas incurren reiteradamente en impropiedades lingüísticas, que merecen ser comentadas, en aras de evitar que el mal haga metástasis, y es de eso voy a hablarles, pues  mis supinos conocimientos de fútbol no me permiten ir más allá.

Es impensable que un connotado narrador y comentarista, como lo ha sido Arley Londoño, incurra  siempre  en la misma falta. En una de sus  actuaciones en la primera fase, junto con su compatriota Luis Fernando Restrepo, cada vez que el balón salía por las bandas, decía en clara y diáfana voz: “Habrá saque de banda lateral”. En principio creí que se trababa de un lapsus liguae, del que nadie está exento; pero durante los noventa minutos y el tiempo agregado, Londoño y Restrepo nadaron en el mar de la redundancia. No se necesita ser árbitro colegiado para saber que el rectángulo de juego está compuesto por líneas laterales y líneas de fondo. Si la pelota sale por la derecha o la izquierda, habrá saque de banda o lateral; pero no saque de banda lateral, como lo decían estos experimentados narradores y comentaristas neogranadinos. Y si va por una de las que están en el área de las porterías, el juego se reanudará con un saque de meta, saque de arco u otra expresión análoga.

Ante esto hay que tener cuidado, pues hay muchas personas que se dedican a la narración y al comentario deportivo, y en vez de crear, lo que hacen es imitar expresiones y hasta la forma de hablar de algunos narradores y comentaristas a los que se los ha ponderado como los más experimentados y cotizados, con contadas y honrosas excepciones que se distinguen muy fácilmente.

Arley Londoño es conocido por la afición futbolística del estado Portuguesa, Venezuela, toda vez que en 1975 conformó el equipo de transmisión, junto con Pedro Zárraga y Oscar David Flores, del Portuguesa FC, a través de la siempre recordada Radio Portuguesa. Su calidad profesional le permitió ocupar otros espacios, pues fue jefe de la sección de deportes de una importante cadena de televisión estadounidense, así como de otras no menos importantes de habla hispana.

Y para los que no lo saben, el Portuguesa FC fue el equipo que internacionalizó al fútbol venezolano, aunque algunos que se autodenominan conocedores de la materia, se nieguen a aceptar. ¡Hay más: si alguien en Venezuela se precia de ser comentarista de fútbol y no conoce la historia del primer pentacampeón del balompié de este país; podrá otra ser cosa, menos comentarista!

Es propicio el momento para hablarles una vez más del mal llamado tiempo de descuento, en boca de casi todos narradores y comentaristas, no solo con ocasión de este Mundial, sino desde tiempos inmemoriales. Muchos no quieren entender ni admitir que en el fútbol no se descuenta tiempo, sino se añade para compensar el que se pierde por algunas situaciones del juego: sustituciones, faltas u otros incidentes que conlleven la paralización. El Diccionario de la Real Academia Española define el término descuento como el que se juega después del tiempo reglamentario en un partido de fútbol, y quizás allí se apoyen algunos para hablar de descuento; pero ocurre que no es una cuestión de definición académica ni de una imposición de la Fifa, sino de sentido práctico.

David Figueroa Díaz
David Figueroa Díaz (Araure, Venezuela, 1964) se inició en el periodismo de opinión a los 17 años de edad, y más tarde se convirtió en un estudioso del lenguaje oral y escrito. Mantuvo una publicación semanal por más de veinte años en el diario Última Hora de Acarigua-Araure, estado Portuguesa, y a partir de 2018 en El Impulso de Barquisimeto, dedicada al análisis y corrección de los errores más frecuentes en los medios de comunicación y en el habla cotidiana. Es licenciado en Comunicación Social (Cum Laude) por la Universidad Católica Cecilio Acosta (Unica) de Maracaibo; docente universitario, director de Comunicación e Información de la Alcaldía del municipio Guanarito. Es corredactor del Manual de Estilo de los Periodistas de la Dirección de Medios Públicos del Gobierno de Portuguesa; facilitador de talleres de ortografía y redacción periodística para medios impresos y digitales; miembro del Colegio Nacional de Periodistas seccional Portuguesa (CNP) y de la Asociación de Locutores y Operadores de Radio (Aloer).

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