Un reciente libro publicado por la editorial Gallimard, Barbastro. Guerre sainte et djihad en Espagne (1064, Barbastro. Guerra santa y yihad en España) de los historiadores Philippe Sénac y Carlos Laliena Corbera, menciona que en la ciudad aragonesa se iniciaron los enfrentamientos entre el islam y la cristiandad, siendo el precedente de las futuras Cruzadas.
Este libro, todavía no editado en español, rememora a una obra del auténtico maestro del cómic español que fue Antonio Hernández Palacios (1921-2000). En efecto, se da la circunstancia que en su gran obra dedicada a El Cid, -realizada en cuatro volúmenes- en el último dedicado a ‘La Cruzada de Barbastro’ recrea los acontecimientos históricos allí producidos. Hernández Palacios documentó perfectamente dicho enfrentamiento que tuvo relación con la vida del Cid Campeador (1048-1099).
No se ahorran detalles y viñetas de la crueldad del asalto y conquista de la ciudad que apenas estuvo menos de un año en manos cristianas. Se recrea el llamamiento del papa Alejandro II, quien ejerció de 1061 a 1073, para acudir a tierras aragonesas, así como los participantes en la campaña, como el conde de Poitiers y duque de Aquitania, Guillermo VIII (1023-1086), el barón normando Robert Crespín (fallecido en 1071), junto al mercenario normando al servicio del Papa Guillermo de Montreuil y el conde Ermengol III de Urgell (1032-1065).
La ciudad de Barbastro, la taifa Barbithaniyya musulmana, fue tomada en agosto de 1064 aunque, a pesar de las advertencias del clero, reflejadas en las viñetas, fue reconquistada posteriormente por los musulmanes.
Por las páginas de la historia gráfica aparece un joven Cid junto a Sancho II (1038-1072) vistiendo ropas árabes y combatiendo junto al ejército musulmán, al mando de Moctádir (Al Muqtadir, rey de Zaragoza) en el asalto a Barbastro en 1065. De hecho, tras su toma, el monarca zaragozano fue llamado Al Muqtadir b-Alah, el poderoso gracias a Alá.
En el cómic se observa como el futuro rey Sancho II de Castilla no entra en Barbastro, una vez que muere su defensor, el conde Ermengol III de Urgell y termina el volumen así como la obra del autor sobre el Cid con la muerte de Fernando I el Magno (1015-1065) en León.
Antonio Hernández Palacios realizó un auténtico fresco histórico en viñetas sobre el Cid, aparecidos inicialmente en la revista Trinca, que abarcó cuatro volúmenes: Sancho de Castilla (1971), Las Cortes de León (1972), La toma de Coimbra (1972) y La Cruzada de Barbastro (1984). Todos fueron publicados por la editorial Ikusager, y se pueden encontrar reeditados recientemente en 2015 en El Cid integral por la editorial Ponent mon.
Inicialmente la serie sobre el Cid estaba pensada para unos 21 volúmenes pero quedó inconclusa por la muerte del autor que solo pudo hacer cuatro –tenía ideado algo del quinto-, por lo que la historia del Campeador se detiene como se ha mencionado en 1065. En el prólogo de La Cruzada de Barbastro, el también autor de cómic, Enric Sio (1942-1998) le escribía: “Alá te conceda larga vida Antonio Hernández Palacios para que tu Cid alcance los veintitantos volúmenes que tienes proyectados”. Desgraciadamente, no pudo ser.
Aunque hayan pasado los años, las historias gráficas del autor madrileño siguen vigentes. Baste recordar datos como que este mismo año se ha editado su obra ‘La paga del soldado’ que apareció también en la revista Trinca en cinco episodios de cuatro páginas en 1972. En 2017 se editó también Roncesvalles realizado en 1980 para recrear la mítica derrota al emperador Carlomagno (742-814).
Son también recordados sus trabajos de Manos Kelly y Mac Coy, ambos basadas en el western, editados también recientemente, el primero de forma integral y el segundo en tres volúmenes.
Asimismo, citar sus cuatro álbumes sobre la guerra civil española: Eloy, uno entre muchos, Río Manzanares, 1936, Euzkadi en llamas y Gorka gudari, realizados los tres primeros en 1979 y el último en 1987. Como le sucedió con el Cid esta obra también estaba prevista para unos 20 volúmenes, pero al final, se quedaron en cuatro.
