La Fundéu indica que el sustantivo dataísmo, empleado para referirse a la filosofía centrada en los datos y en la libertad de la información, es un término bien formado en español y no necesita resalte, comillas ni cursiva.
Este neologismo se encuentra en los medios de comunicación en frases como «El “big data” ha devenido en dataísmo: una religión que adora los datos», «Estamos en pleno dataísmo: el hombre ya no es soberano de sí mismo, sino que es el resultado de una operación algorítmica» o «Como fundamento de esta ideología está el dataísmo, que concibe el mundo como un flujo de datos».
Formado a partir del sustantivo inglés data, que significa ‘dato’, y el sufijo español -ismo, que crea sustantivos que suelen significar ‘doctrina’, ‘escuela’ o ‘movimiento’, este término es válido en español para aludir a la filosofía en la que el dato es el rey, capaz de describir hechos, sucesos y entidades, y de formar flujos de información que vayan más allá de las teorías subjetivas.
Morfológicamente, el que un sustantivo extranjero cree derivados en español no es un fenómeno infrecuente y las voces así formadas no son necesariamente incorrectas. Palabras como pizzería, hackear o jazzista son derivados que contienen extranjerismos sin adaptar y figuran en el Diccionario académico como términos españoles, en letra redonda.
Así pues, no hay razón para censurar el sustantivo dataísmo, más asentado que la variante datoísmo, que apenas cuenta con uso, aunque también es válida. De este modo los ejemplos anteriores pueden considerarse adecuados.