Desastres naturales, zonas en conflicto, guerras… Lo cierto es que la cifra va in crescendo y la sociedad en general mira para otro lado. Unicef ha presentado los datos en la 73ª Asamblea General de Naciones Unidas, en donde ha puesto de manifiesto que uno de cada tres niños entre 5 y 17 años no asisten a la escuela.
Hablamos de personas que no tienen acceso al conocimiento, a la formación, a la libre elección, porque saben y han aprendido. 104 millones no asisten jamás a la escuela porque aunque fueron, en donde viven no se imparten clases, los colegios han sido derribados o es una zona de conflicto activa. Esto supone que un tercio de la población mundialestá sin escolarizar; es decir, 303 millones de niños que nunca han asistido a la escuela.
Según el informe, Stolen Futures: Young and out of school (Futuros Robados; jóvenes sin escolarizar), la situación actual de esos niños o adolescentes señala que 2 de cada 5 no han terminado la escuela primaria y uno de cada 5 jamás ha ido a la escuela.
Henrietta Fore, directora ejecutiva de UNICEF, refiere que, a corto plazo, las escuelas han sufrido daños, están ocupadas por fuerzas militares o están atacadas deliberadamente, lo cual hace que pasen años sin que los niños vuelvan a aprender. Esto supone que, a largo plazo, tanto ellos como los países en donde vivirán seguirán enfrentándose a ciclos perpetuos de pobreza; una situación que estamos viviendo nosotros, porque lo vemos.
Aunque menos del 4 % de los llamamientos humanitarios se destinan a educación, el informe pide que se invierta en calidad de forma que los niños y jóvenes al menos tenga acceso a la educación preescolar hasta la secundaria. La pobreza, las situaciones de emergencia, sumado a las enfermedades que han contraído, la hambruna y la falta de paz, los niños no están en condiciones de seguir una formación que les permita disponer de una educación de calidad. Los niños más pobres en edad de asistir a la escuela tienen cuatro veces más probabilidades de no acudir que los que tienen compañeros con familias pudientes.
Si la tendencia es esa, añade el informe, el número de jóvenes de 10 a 19 años aumentará en más de 1300 millones para 2030, lo que supondrá un aumento del 8 %. Para Fore, estamos en un momento crítico, tanto que se debe actuar con urgencia pero también con prudencia, añade.
Tenemos que empoderar y capacitar a los jóvenes para que estén preparados para crear sociedades prósperas y pacíficas. No podemos permitirnos el lujo de fracasar.