Luis de Luis[1]
Entre balbuceos, arrebatos, olvidos, intentando encontrar un sentido entre el ruido y la furia se revuelve, poseído, Antonio Escribano, es un actor y director de teatro intentando buscar su identidad fragmentada por el Alzhéimer y su identidad se disuelve y reencarna en un anonadado Hamlet, un contrito Otelo y un desencajado Macbeth y Escribano, como un Alonso Quijano desangelado, repite para sí “Yo sé quién soy”.
David Elorz, sereno y firme, será su psicólogo y amigo que intentará dar un sentido a su irracionalidad, a su búsqueda y encontrar su razón de ser, su porqué, para cauterizar su deseo de autodestrucción.
Silvia Hernández, dulce y melancólica, será su recuerdo, su primer amor, ya lejano, ya cercano, siempre presente por lejos que haya partido a los terrenos de la realidad.
Entre los tres tejerán pasado y presente con materiales tomados de la textura de la que se fabrican los sueños que tejieron Shakesperare y Cervantes: habrá una obra dentro de la obra (un reflejo beckettiano y delicioso de los que vemos en escena); un casting delirante, la carta de despedida de Ofelia, una madre que es Puck y fantasma.
Obscena es una función intensa y desbordante, es el viaje a todas partes, es escenario y bambalinas, es Quijote y Quijano, es sincera y descarnada, es teatro a cara abierta, al desnudo, sin filtrar o destilar.
Obscena es una función obligatoria, un recorrido de ida y vuelta por la tierra de nadie, la tierra quemada y por quemar, la tierra que separa realidad y ficción, la tierra en la que viven, en definitiva, todos aquellos a quienes robó la vida el teatro y consideran toda verdad, por cierta que parezca, sospechosa.
- Luis de Luis es crítico teatral
FICHA ARTÍSTICA
Autor: Antonio Escribano
Elenco: Antonio Escribano, David Elorz y Silvia Hernández
Dirección: Malaje Teatro
Iluminación: Víctor Blázquez
Vestuario: Marina Del Castillo
Producción: Malaje Teatro