A lo largo del mes de otoño ha habido diversas campañas en torno a la vacunación contra la gripe que aunque su poder inmunológico no es absoluto sí previene de tener cuadros complejos u otras complicaciones derivadas de la gripe, tales como neumonía tan frecuentes en la población adulta.
Actualmente España ya está en alerta por epidemia con 55 casos por cada cien mil habitantes y la enfermedad sigue en aumento hasta el mes de marzo prevé el ministerio de Sanidad hasta los 200 casos.
Dentro del virus de la gripe, existen varios tipos si bien el informe, del sistema de vigilancia del Instituto Carlos III, esta temporada de gripe se está caracterizando por una circulación predominante del virus A(H1N1) y, de las detecciones notificadas desde el inicio de la temporada hasta el momento, el 55,5 % son tipo A y el 44,5 % tipo B.
Vacunarse no supone estar protegido al 100 % ni tampoco disminuye la transmisión de esta pero es realmente aconsejable que las personas mayores de 50 años, con enfermedades crónicas, posible sistema inmunológico deprimido entre otros factores, ancianos y personas de riesgo sean vacunadas en otoño, precisamente para evitar el desarrollo de casos complicados que pueden suponer hasta la muerte de muchos pacientes según lo virulenta que sea ese año.
Los casos atribuibles a hospitalizaciones e ingresos en la UCI el año pasado fueron del 40 % solo por la gripe y hasta un 38 % de muertes se asocian a este virus que no es baladí.
Actualmente se considera que en España ya existe un riesgo de epidemia en casi todas las provincias y su comienzo además de ser brusco pilla desprevenido al paciente que permanecerá una media de cinco o seis días en cama si no existen otros síntomas agudos. Fiebre, escalofríos, malestar general, molestias en la garganta, dolor muscular con pinchazos en las extremidades así como tos seca, son los primeros síntomas que refieren los pacientes.
Los contagios son por vía aérea entre 48 y 72 horas antes, con lo cual, puede deberse a cualquier estornudo, tocar manos infectadas o lugares en donde haya existido el virus en los días anteriores al debut de la enfermedad (si bien no existe forma de saber dónde o quién se lo ha contagiado).
Como primera medida, debe acudir a un médico si usted es paciente de riesgo, si es una persona mayor de 65 o está operado del corazón. Debe lavarse las manos con frecuencia y tomarse la temperatura que al comienzo podrá ser alta o muy alta. Para ello, tome mucha agua, tome antitérmicos y si presenta dolor al respirar o presión en el abdomen o pecho, acuda a un médico.
Al ser una enfermedad vírica no es posible que tome medicamentos para curarla, dado que estará al menos cinco días afectado intensamente. Se podrán, eso sí, reducir los síntomas y las molestias con analgésicos como el ibuprofeno que además de antitérmico es antiinflamatorio, o bien paracetamol si su médico se lo ha desaconsejado en alguna otra consulta. Si no existe un problema que lo justifique, no acuda a los servicios de urgencias ya que están colapsados y lo único que puede suceder es que empeore con otros virus. Es suficiente si va al consultorio de su zona y que el médico de medicina general le ausculte a tal efecto.
Lo normal es que la gripe dure de cinco a quince días de acuerdo con el paciente, los síntomas y el estado general del mismo. Es una enfermedad muy contagiosa por lo tanto, debe cuidarse para que esta no se propague entre sus familiares y amigos si le visitan. En ningún caso debe confundirse con un catarro o un resfriado común dado que estos presentan cuadros totalmente distintos y no son peligrosos, frente al virus de la gripe que sí lo es.
El virus de la gripe (conocido también como virus de la influenza) pertenece a la familia de los Orthomyxoviridae y es un problema de salud pública cuando existe epidemia.
