“El perro, el general y los pájaros” de Francis Nielsen, de estreno esta semana en Francia, es un singular y brillante dibujo animado, adaptación de una fábula escrita por Tonino Guerra e ilustrada por Serguei Barkhin.
Su protagonista es un viejo general jubilado, olvidado héroe de guerra en San Petersburgo, que cada noche tiene una pesadilla: los pájaros incendiados para vencer a Napoleón. Orden que él mismo asumió. Pero su encuentro con un perro callejero, al que va a bautizar con el nombre del emperador francés, va a transformar esa pesadilla en una serie de sueños mágicos, cargados de humor y poesía.
Ese general detestado por los pájaros de San Petersburgo que no le perdonan su sacrificio bélico, va a lograr gracias a Napoleón, un perro, que fuma la pipa y juega al ajedrez, transformar esa pesadilla diaria, devolviendo su libertad a todos los pájaros de la ciudad. La voz en off del narrador es la del actor Philippe Noiret, mientras que Michel Elías presta su voz al anciano general.
A menudo, cuando se habla de dibujo animado en el mundo del cine se piensa en un cine para niños, sin embargo, desde Paul Grimault, cuya obra se extiende de 1936 a 1973, el dibujo animado francés dio sus letras de nobleza a este género, al que aportó tanto surrealismo, poesía, como contenido humano y social. Desde entonces muchos son los artistas que en este país buscan ahondar en ese camino, lejos de los estereotipos de Walt Disney.
El dibujo animado francés goza de muy buena salud, en estilos y formas muy diferentes. Recordemos entre otros a Michel Ocelot (“Dragones y princesas), a Sylvain Chomet (“Las trillizas de Belleville”), Benjamin Renner (“Ernest et Celestine”), Mark Osborne (“Le petit prince”), Remi Bezançon (“Zarafa”), o mas recientemente Jeremy Clapin (“J’ai perdu mon corps”, y Zabou Breitman y Elea Gobbé Mevellec (”Les hirondelles de Kabul”), entre otros.
Francis Nielsen viene a completar este amplio elenco de cineastas y artistas franceses que aportan talento, generosidad, ingeniosidad y poesía a ese genero del dibujo animado, tan maltratado por Hollywood.
En “El perro, el general y los pájaros”, melancolía, surrealismo y poesía están al servicio de esta tierna metáfora sobre las consecuencias de la guerra, cuya profunda reflexión hacen de él algo mas que un dibujo animado para niños, y una obra artística singular, difícil de clasificar que sale de senderos ya trillados, pero apta para todos los públicos.
El dibujo animado es muy original por su diseño, tanto en la formidable reconstrucción de San Petersburgo, sus calles, sus puentes y monumentos históricos, como en la caracterización de los personajes humanos o animales. Francis Nielsen, ha optado en su adaptación del universo gráfico de Brakhin por una interesante técnica de papeles recortados y colores vivos, con mezcla de acuarela y pastel que buscan su inspiración en el universo pictórico de Chagall.
La película es distribuida en Francia por Tamasa films, que recordemos distribuyó también el pasado mes de noviembre en versión restaurada «El mundo animado de Paul Grimault”, (Le monde animé de Grimault) ocho cortometrajes (realizados entre 1942 y 1973) de ese maestro del dibujo animado francés, autor con Jacques Prévert del gran clásico y célebre largometraje “Le roi et l’oiseaux” (El rey y el pájaro) en 1952.