Tras el libro del escritor italiano Paolo Maurensig editado en Italia el año pasado como ‘El juego de los dioses’, en italiano, ‘Il gioco degli dei’, pendiente de la traducción al español, ahora aparece sobre la misma figura ajedrecística la obra ‘Sultan Khan’ con el subtítulo ‘El sirviente indio que se convirtió en campeón de ajedrez del imperio británico’.
Se ha editado en Inglaterra a cargo de Daniel John King, de 56 años, gran maestro además de comentarista, entrenador y profesor ajedrecístico.
El autor llegó a ser en 1987 cuarto en el campeonato británico de ajedrez. Su triunfo más destacado fue el masters del pequeño pueblo irlandés de Bunratty, en 1996, año que se retiró de la práctica activa.
Antes ya inició sus colaboraciones con medios de comunicación, donde aún sigue, comentando el campeonato mundial de 1993 de Londres que dividió el ajedrez internacional. Ha escrito quince libros (tres traducidos al español, ‘Kasparov contra Deeper Blue’, 1997, ‘Ajedrez’, 2006 y ‘Ponga a prueba su ajedrez’, 2006), dos documentales así como videos y Dvd sobre el ajedrez y su enseñanza.
El libro es una biografía sobre la leyenda del ajedrez Mir Malik Sultan Khan (1905–1966), quien brilló en Londres en apenas cinco años y al contrario que el de Maurensig, no mezcla ficción con realidad, se trata de una biografía documentada: «Cuando comencé a investigar y cuánto más estudiaba su vida más interesante se volvía», explica.
El prólogo es del excampeón del mundo de 2007-2013, el indio Viswanathan ‘Vichy’ Anand, quien señala: «Sultan Khan fue un pionero. Debería servir de inspiración para los jugadores de ajedrez de toda la India, el subcontinente y cualquier persona que luche contra viento y marea. Con una modesta formación se enfrentó al mejor del mundo y demostró que podía igualarlo».
Sultan Khan nació en 1905 en la región del Punjab donde jugar al ajedrez indio era una tradición, en 1928 ganó el campeonato indio con nueve victorias y unas tablas, lo que llamó la atención de John Simon (1873–1954), jugador aficionado y jefe de la comisión que estudiaba cómo funcionaba la constitución india.
El jugador indio estaba a las órdenes como sirviente de uno de los mayores terratenientes del Punjab, Malik Umar Hayat Khan (1875–1944), con el que llegó a Londres en 1929 y se marchó a finales de 1933, y que al morir le dejó de herencia una granja donde vivió el resto de su vida tras regresar de Inglaterra.
En esos años ganó el campeonato británico en 1929 en agosto y luego en 1932 y 1933. Participó como miembro del equipo de Inglaterra en las Olimpiadas de Ajedrez de 1930 en Hamburgo y 1931 en Praga.
Su triunfo más destacado fue ante el entonces excampeón mundial José Raúl Capablanca (1888–1942), el ‘Mozart del ajedrez’ en Hasting en 1930. También derrotó a los polacos Arika Rubinstein (1880–1961) y Savielly Tartakower (1887–1956) así como al checo Salomon Flohr (1908–1983).
Entre sus derrotas la que sufrió ante el inventor de la palabra fútbol, el inglés Charles Wreford Brown (1866-1951) en 1929. Este jugador es el pionero de la relación fútbol-ajedrez.
Su estilo era muy inusual y no se adaptó al clima británico, a menudo enfermaba con gripes y resfriados e incluso llegó a contraer la malaria. Fue muy modesto a pesar de su talento y muy popular en el Londres de la época, a pesar de que hablaba mal el idioma inglés.
Como curiosidad, otra sirviente de Malik Umar Hayat Khan, Ghulam Fatima (1912-1990) ganó el campeonato femenino británico en 1933. Además dio consejos ajedrecísticos a María de Teck (1867-1953), mujer del rey Jorge V (1865-1936).
Tras salir de Londres Sultan Khan volvió a jugar en la India donde ganó el campeonato de 1935 tras derrotar a Vinayak Kashinath Khadilkar (1882-1944) con nueve victorias y solo un empate. Desde entonces no volvió a jugar.
Posteriormente, tras la independencia de la India una parte del Punjab pasó a Pakistán por lo que existe la polémica de si pertenecía a uno u otro país. Para el autor del libro «es un tema delicado», porque Sultan Khan murió en 1966, víctima de la tuberculosis, en Sargodha, actual Pakistán. No obstante, India siempre lo ha reclamado como propio.