Ni siquiera el Covid ha detenido a los ladrones de belleza, ha sido el comentario del portavoz de los carabineros italianos especializados en la protección de bienes culturales, al presentar el balance de actividades del año 2020.
Los carabineros italianos encargados de la protección del patrimonio artístico del país, recuperaron el año pasado exactamente 501.574 obras de arte robadas «tanto en Italia como en el extranjero», y las han restituido a sus legítimos propietarios, según el comunicado del Ministro de Cultura, Dario Franceschini.
La mayoría de las piezas recuperadas son antigüedades, archivos y libros. Les siguen los objetos arqueológicos y paleontológicos procedentes de excavaciones clandestinas. Además, han embargado 1547 obras falsificadas, por un valor de 415 millones de euros.
Sin embargo, y pese a la magnitud de las cifras, los robos de obras de arte han disminuido un 17 por ciento en el último año, y en especial los efectuados en bibliotecas, iglesias y museos.
Entre las piezas importantes recuperada, en este caso en colaboración con Interpol y Europol, se encuentra una cabeza romana de divinidad femenina que hasta 1977 estaba en la fachada del Forum, en Roma, y que había sido arrancada del busto.
También un «retrato de gentilhombre» atribuido a Tiziano y exportado ilegalmente a Suiza, así como unos libros antiguos encontrados en Londres.
«Italia –escriben en la web de France Télévisions- cuenta con cincuenta sitios culturales que forman parte del Patrimonio Mundial de la Humanidad de la Unesco, lo que le convierte en el primer país del mundo. Esta riqueza cultural, herencia de etruscos, griegos y romanos, alimentada entre otros por el Renacimiento y la época barroca, es objeto del deseo de los coleccionistas que a veces recurren a vías ilegales para saciar su pasión».