La persistencia de la obra de Stefan Zweig

Pasan a dominio público los derechos del autor austríaco

En los últimos años del siglo diecinueve y primeros del veinte coincidieron en la ciudad de Viena una serie de personalidades relevantes de las artes y las letras europeas que hicieron de la ciudad la capital cultural del viejo continente.

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Stefan Zweig

El sicoanalista Sigmund Freud, los músicos Gustav Mahler, Arnold Schönberg y Alban Berg, los dramaturgos Arthur Schnitzler y Hugo von Hoffmansthal, los filósofos Ludwig Wittgenstein y Walter Benjamín, los pintores Oskar Kokoschka y Gustav Klimt, los arquitectos Otto Wagner y Adolf Loos, el agitador bohemio Peter Altenberg, los escritores Hermann Broch, Robert Musil, Joseph Roth, Karl Kraus… desarrollaron en la capital del antiguo imperio austrohúngaro una actividad cultural que para el escritor Stefan Zweig, otro de los residentes, «no se había producido nunca antes de modo tan intenso, afortunado y fructífero, salvo en la España del siglo quince».

De origen judío, nacido en una familia de la alta burguesía vienesa, Stefan Zweig (1881-1942) estudió Filosofía en Berlín, viajó por Europa, África, China y Canadá y alcanzó un gran prestigio como escritor ya desde la publicación de sus primeras obras.

Durante la Primera Guerra Mundial se trasladó a Suiza tras servir como soldado en el Archivo de Propaganda del Ejército, y después fijó su residencia en Salzburgo, en una casa de las colinas de Kapuzinerberg, donde escribió «Amok», «Primeras experiencias», «Tres maestros», «La lucha contra el demonio».

En Viena se afianzó como uno de los escritores más importantes del siglo y su nombre se divulgó desde esta ciudad a todo el mundo tras haberse traducido sus obras a más de cincuenta idiomas. La persecución contra los judíos desatada por el régimen nazi y la quema pública de sus libros lo obligaron a abandonar Viena en 1934 e iniciar un periplo por Londres (se nacionalizó inglés en 1940), París, Nueva York, Buenos Aires… que culminó en Brasil, con su secretaria y amante Lotte Altmann, con quien se casó tras divorciarse de Friderike von Winternitz. Su homenaje a esta patria de acogida fue «Brasil, país de futuro».

Zweig se suicidó junto a Lotte el 23 de febrero de 1942 en la ciudad brasileña de Petrópolis, cansado de no encontrar una solución al sinsentido en que se había convertido Europa bajo el nazismo. Se vistieron con sus mejores galas (Zweig con su corbata perfectamente anudada), se acostaron juntos en su cama e ingirieron una dosis letal de Veronal.

En una nota manuscrita Zweig agradecía a los brasileños su extraordinaria hospitalidad, pedía disculpas a la dueña de la casa en la que vivían él y su esposa por las molestias que sin duda iba a ocasionarle su muerte.

En los días anteriores había escrito cartas a sus mejores amigos anunciándoles su suicidio. La víspera envió a su editor el manuscrito de «Novela de ajedrez». También se publicaron tras su muerte «El mundo de ayer», «Clarissa», «La chica de la estafeta de correos» y sus «Diarios», cuyos nueve cuadernos manuscritos había dejado en la localidad inglesa de Bath al huir a Brasil y no se publicaron hasta 1984 en Alemania. En ellos cuenta su escala en Vigo en agosto de 1936 durante la guerra civil, en un viaje que hacía en barco desde Southampton a América.

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Xulio Formoso: Stefan Zweig

Como es sabido, en España, a los ochenta años de la muerte de un escritor (en algunos países es a los setenta) sus obras pasan a dominio público, es decir, que las editoriales no están obligadas a pagar derechos de autor a sus herederos.

En 2022 se cumplieron ochenta años de la muerte de Stefan Zweig y varias editoriales han comenzado a publicar todas sus obras porque se trata de un escritor que, a pesar del tiempo transcurrido, sigue siendo muy leído y valorado.

Zweig cultivó muchos géneros a lo largo de su vida. Uno de los más destacados fue el de la biografía: Balzac, Magallanes, Américo Vespucio, Fouché, María Antonieta, Erasmo, Montaigne, Dickens, Dostoievski, Nietzsche… Pero también escribió literatura, teatro, ensayo, historia, poesía y artículos de temas diversos en importantes revistas de su época (aquí hemos reseñado sus críticas recogidas en «Encuentros con los libros»).

Parte de esa obra es autobiográfica o contiene aspectos que el escritor rescata de su memoria personal. Su obra literaria gozó de las mejores consideraciones, desde «Carta a una desconocida», «La impaciencia del corazón» o «Veinticuatro horas en la vida de una mujer». También tuvieron éxito sus obras de teatro, «Tersites», «Adam Lux», «Jeremías».

La editorial Acantilado, que lleva publicando desde hace años toda la obra de Stefan Zweig, ha editado en dos volúmenes todas las biografías escritas por el autor austriaco. Páginas de espuma sus «Cuentos completos». Errata naturae publica «La revolución interior». Hermida editores, que ya publicara su poesía completa, saca «Amik. Novelas de pasión». Fórcola publica «Cuerdas de plata». Renacimiento recupera «Los creadores», que reúne los ensayos de Zweig sobre literatura e historia. Y Alianza ha iniciado la edición de las obras de Zweig con cuatro títulos, dos de los cuales figuran entre los más importantes: «El mundo de ayer» y «Momentos estelares de la humanidad».

En «El mundo de ayer», un libro que también se publicó después de su muerte, Zweig rescata la historia del antiguo régimen del imperio austrohúngaro, que el escritor conocía por haber vivido parte de su vida en la Viena de las postrimerías imperiales, una ciudad que tras la Gran Guerra perdió su centralidad política y sobre todo cultural. Se trata de un testimonio autobiográfico de primera mano sobre la decadencia de la Europa que representaba la cultura occidental y el pensamiento ilustrado, a manos de las ideologías de masas del fascismo y el bolchevismo, así como «del nacionalismo que ha intoxicado el florecimiento de la cultura europea».

En el prólogo a «Momentos estelares de la humanidad», donde recrea algunos acontecimientos que decidieron la Historia, Zweig dice que «cuando en el arte nace un genio, perdura a lo largo de los tiempos». Sin duda el genio de Stefan Zweig, pese a los esfuerzos del nazismo, aún ha de tener una larga trayectoria.

Francisco R. Pastoriza
Profesor de la Universidad Complutense de Madrid. Periodista cultural Asignaturas: Información Cultural, Comunicación e Información Audiovisual y Fotografía informativa. Autor de "Qué es la fotografía" (Lunwerg), Periodismo Cultural (Síntesis. Madrid 2006), Cultura y TV. Una relación de conflicto (Gedisa. Barcelona, 2003) La mirada en el cristal. La información en TV (Fragua. Madrid, 2003) Perversiones televisivas (IORTV. Madrid, 1997). Investigación “La presencia de la cultura en los telediarios de la televisión pública de ámbito nacional durante el año 2006” (revista Sistema, enero 2008).

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